Foto: Fermin Grodira, con licencia creative commons |
¿Estás satisfecho o satisfecha
con tu imagen corporal? ¿Cuánto? ¿Cambiarías
algo? Probablemente tu satisfacción no sea, ni mucho menos, completa. Además,
si eres mujer es probable que tu insatisfacción sea más elevada. Diversos estudios científicos han
demostrado que, en todas las edades, las mujeres
tienen mayor insatisfacción con su imagen corporal y con su peso que los hombres. No obstante, también se está
encontrando en los últimos años que el descontento de la imagen corporal en los
hombres es cada vez mayor.
La insatisfacción corporal es una de las variables que mejor predice el desarrollo de problemas de la conducta alimentaria. Desde luego,
llegar a desarrollar un problema psicológico de este tipo depende de la
interacción de múltiples variables, de entre todas ellas uno de los factores de predisposición más influyentes
es el contexto social.
La imagen corporal está socialmente determinada y desde muy
pequeños existen influencias culturales que van modelando la valoración del cuerpo. En
nuestra cultura occidental, el canon de belleza femenino es de delgadez extrema. Se ha asociado estar delgada con
el éxito a todos los niveles. Aprendemos que acercándonos a este modelo de
belleza la recompensa y la gratificación estarán aseguradas. Las mujeres aprenden
que deben invertir cantidades ingentes de tiempo en su imagen, hacer esfuerzos descomunales
por acercarse o alcanzar ese ideal. Estar delgada acaba generando una serie de
emociones tremendamente agradables, sin embargo, el canon de belleza que se transmite
es inalcanzable, poco saludable e irreal, de manera que querer lograrlo
es garantizarse, además de frustración, una mayor probabilidad de tener un
problema de la conducta alimentaria.
Dado el enorme impacto que estos
aspectos sociales tienen en cómo nos vemos muchas personas acaban “atadas” a su
propio cuerpo, obsesionadas con él, condicionando cada una de sus acciones
entorno al mismo. Para evitar entrar en estas dinámicas es importante, en primer
lugar, reconocer el papel e influencia de estos modelos en cada uno de nosotros
para, después, empezar a modificar
algunos comportamientos desadaptativos. Esta es una pequeña guía que puede
ayudarte a no caer en esas “trampas de
la belleza” que te llevarán irremediablemente hacia la absoluta infelicidad:
-Deja de comparar tu propia
apariencia con un estándar irreal. Y si comparas algo, toma otra muestra
más representativa de lo que te rodea, no filtres ni sesgues, ya que te pones,
sé un buen juez.
-Cuidado con atribuir rechazos
u otros acontecimientos negativos a tu aspecto. Sé algo más sensato,
utiliza un razonamiento algo más elaborado y plantéate otras alternativas
explicativas plausibles, existen, de verdad.
-Deja de examinar y comprobar
aquello que no te gusta de ti: pesarte 8 veces a la semana, mirarte a todas
horas en el espejo, contar los pelos que se te han caído, los granos que te han
salido…este camino es el de la obsesión, el de sentir emociones muy
desagradables que pueden estropear tu día, tu semana …
-Revisa tu lenguaje cuando te
cuentes cómo te ves, es probable que exageres: “estoy como una vaca”, “no
tengo pecho”, “estoy calvo” “así nadie se fijará en mí”… ¿es así realmente?
¿Acaso tienes pruebas que lo respalden? Intenta utilizar un lenguaje adecuado,
ajustado a los hechos. De tu apariencia habrá aspectos que te gusten más y
otros que te gusten menos. No los maximices ni te centres solo en los
desagradables.
-Razona, argumenta y debate por qué quieres seguir ese modelo y sé crítico.
Pregúntate para qué te sirve: ¿Qué te aporta? ¿Alguna vez cuestionas los
modelos “socialmente impuestos” en otros ámbitos (políticos, sociales…)? Seguro
que en otros ámbitos de tu vida eres capaz de tener una actitud crítica,
aplícalo a esta situación.
Si sigues queriendo llegar a ese
canon de belleza atiende: no vas a lograrlo. Fíjate lo que pretendes
alcanzar: https://www.youtube.com/watch?v=17j5QzF3kqE
Autora. Rebeca
Pardo Cebrián
Referencias:
García, M. V. A., & Peresmitré, G. G. (2003). Insastifacción corporal y seguimiento de dieta: una comparación transcultural entre adolescentes de España y México. Revista internacional de psicología clínica y de la salud= International journal of clinical and health psychology, 3(1), 9-21.
i Escursell, R. M. R. (2001). Imagen corporal: conocer y valorar el propio cuerpo. Ediciones Pirámide.
Parga, M. X. F., Fresnillo, R. C., & Lacson, M. G. (2006). "Qué es" la anorexia.
Rivarola, M. F. (2003). La imagen corporal en adolescentes mujeres: su valor predictivo en trastornos alimentarios. Fundamentos en humanidades, (7), 149-161.
Valverde, P. R., De Los Santos, F. R., & Rodríguez, C. M. (2010). Diferencias de sexo en imagen corporal, control de peso e Índice de Masa Corporal de los adolescentes españoles. Psicothema, 22(1), 77-83.
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