El Centro de Psicología Aplicada pretende desde su blog, Psicología ComPartidA, divulgar la psicología en la comunidad universitaria con la intención de promover la salud física y mental. Nuestro objetivo es acercar el conocimiento a través de la publicación de artículos del ámbito psicológico y compartir noticias de actualidad.

Los comentarios enviados por la comunidad serán sometidos a un proceso de moderación antes de ser publicados.

lunes, 20 de abril de 2015

Mi tesoro


Foto: Israel Hergón, con licencia creative commons
Del “te quiero sólo para mí” al “no salgas con tus amigos” no hay tanto trecho.

La inseguridad y la falta de autoestima son los principales demonios contra los que deberían luchar las personas celosas.  Estas personas, ya sea en relaciones de pareja, de amistad, de trabajo o familiares, crean situaciones incómodas tanto para ellas como para la persona fruto de sus celos. 

Sin embargo, y pese a que muchas de estas personas son conscientes de la irracionalidad de sus celos, no pueden evitar pensar en la pérdida de atención, cariño, compañía,… y, por esto, el miedo a perder a esa persona genera una necesidad de poseerla que deriva en una relación disfuncional: son “dueños de”.

Una relación de pareja no debe basarse en controlar, ni en manipular, victimizarse, hacer peticiones desmedidas, sufrir, dar ultimátums, coartar la libertad del otro,… Por muchas ideas que hayan establecido las películas románticas, esto no es amor, sino amargura. Y lo preocupante es que a nivel social estás más que instaurado, los celos se consideran una verdadera expresión de amor. Este es uno de los consejos escuchados a personas adultas “muchas veces” por el 11,7% de una muestra de 11.022 personas de entre 14 a 24 años, y escuchado “a veces” por el 38,2%.

Es más, en otro estudio presentado en enero de 2015 realizado a 2.457 personas de entre 15 a 29 años, el 27% considera inevitable o aceptable “controlar los horarios de la pareja” y el 14-15%, “decir a la pareja qué cosas puede o no puede hacer”.

Poner límites, no ceder ni dar explicaciones continuas ante situaciones corrientes, tener derecho a tiempo y espacio para uno mismo son las claves para que la relación no derive en una ruptura. Y este esfuerzo es necesario que lo lleven a cabo ambos miembros de la pareja.
Pero la persona celosa tendrá que ir un paso más allá y aceptar y trabajar cuestiones personales e ideas irracionales.

Sin confianza y respeto…


Carla Morales Pillado (Terapeuta del CPA)


Referencias:

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (2015). Percepción de la violencia de género por la adolescencia y la juventud. Madrid: Centro de Publicaciones.

Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad (2011). Igualdad y prevención de la violencia de género en la adolescencia. Madrid: Centro de Publicaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario