Hoy volvemos a traer a este blog un tema recurrente que posiblemente sea el que más ocupa y preocupa al ser humano: la felicidad. En otro post de este blog ya nos preguntábamos "¿Nos engañamos para ser felices?" y esta vez vamos a ir un poco más allá buscando algunas claves sobre las causas que puedan ayudarnos a acercarnos a la felicidad.
Nuevamente lo vamos a hacer desde un método científico, de la mano del doctor en Psicología por la Universidad de Harvard Matt Killingsworth. También en un post precedente (“La mente es un empleado excelente, pero un amo terrible”) tratamos sobre la conveniencia de controlar lo que pensamos y sobre el peligro de dejarnos llevar por "pensamientos automáticos".
En esta oportunidad, Matt Killingsworth nos aconseja directamente no pensar, no divagar, ya que concluye que la divagación mental, dejar a nuestra mente volar más allá de lo que estemos haciendo en el momento presente, es causa directa de infelicidad.
Killingsworth basa esta afirmación en una aplicación creada por él mismo, "Track your happines" (Rastrea tu felicidad), con la que a través de un iPhone o teléfono móvil con Internet busca que todos sus usuarios respondan qué tan felices son, qué están haciendo y en qué piensan en el momento del día en el que les llegue una señal.
Esta herramienta envía un cuestionario al usuario en determinados momentos del día para que conteste fundamentalmente a tres sencillas preguntas:
1- ¿Qué grado de felicidad sientes? En una escala que va de muy mal a muy bien.
2- ¿Qué estás haciendo en este momento? Para lo que tiene una lista de 22 actividades diferentes: viajando, trabajando, comprando, labores de la casa, preparando la comida, cuidando a los hijos, viendo televisión...
3- Una cuestión sobre la divagación mental: ¿Estás pensando en otra cosa aparte de lo que estás haciendo? Para lo que las posibles respuestas son: No o sí. Y en el caso de que esté pensando en otra cosa, debe concretar si es algo desagradable; agradable; o neutral.
Yo misma me he instalado esta aplicación y espero con intriga mis resultados (a partir de 50 respuestas te los mandan).
Y es que se trata de un estudio muy a tener en cuenta, ya que gracias a esta herramienta Matt Killingsworth ha logrado ya más de 650.000 informes en tiempo real de unas 15.000 personas de todo tipo de condición, edad (de 18 a 80 años), de 86 categorías ocupacionales distintas y de más de 80 países.
Killingsworth explica que decidió crear esta herramienta porque todo el mundo piensa que una gran casa, una buena pareja, un bonito coche o un trabajo prestigioso son factores que producen felicidad.
Sin embargo, advierte de que, pese a que con el paso de los años los estadounidenses han logrado ser más ricos, vivir más años, y contar con una tecnología que tiempo atrás parecería de ciencia ficción, no son más felices.
Este doctorado en Harvard afirma que factores como los ingresos, la educación o el matrimonio influyen en la felicidad, pero las diferencias son pequeñas.
Según él, la felicidad está influida decisivamente por las experiencias cotidianas. Qué hacemos, con quién, dónde estamos o qué pensamos en los momentos en los que somos más o menos felices. Pero esto era algo casi imposible de estudiar para la ciencia, por lo que se le ocurrió la idea de crear la aplicación "Track your happines". Con ella, los resultados han arrojado que la felicidad de una persona oscila muchísimo a lo largo de un mismo día.
Killingsworth lo atribuye a la capacidad, única en el ser humano, de que nuestras mentes se aparten del presente. Por ejemplo, un hombre que esté trabajando frente a su ordenador puede estar pensando al mismo tiempo en sus últimas vacaciones; en qué va a cenar; o en que se está quedando calvo...
Y Killingsworth asevera que no sólo hay una relación directa entre lo que pensamos y nuestra felicidad, sino que divagar nos hace menos felices, por lo que concluye que para ser felices debemos estar plenamente centrados en lo que hacemos en el momento presente. "Divagar es malo, por eso siempre se dice piensa en el presente", apostilla.
Lejos de lo que cualquiera podríamos pensar, ya que cuando se divaga se hace sin restricciones y podríamos transportarnos a lugares o a situaciones que nos hicieran más felices, este estudio refleja que nuestra "barra" de la felicidad cuando estamos centrados en el momento presente es sustancialmente más alta que si estamos divagando.
El estudio va más allá y sentencia que las personas son menos felices cuando divagan, independientemente de lo que estén haciendo. Por ejemplo, cuando la gente está conduciendo hacia su trabajo es más feliz si lo hace centrada en el trayecto que si su mente se dispersa.
Para Killingsworth la razón de esto es que cuando la mente divaga suele hacerlo hacia cosas desagradables, por lo que somos enormemente menos felices. Nuestras preocupaciones, inquietudes, pesares vienen a nuestra cabeza... Pero también cuando piensan en algo neutro son menos felices que cuando no están divagando.
Sin embargo, lo más sorprendente de este estudio es que incluso cuando piensan en algo agradable ¡son ligeramente menos felices que centrados en el momento presente!
Volviendo a la barra y haciendo una media, una persona centrada en el presente tendría una felicidad de un 66 sobre 100; divagando sobre algo agradable un 65; sobre algo neutro un 58; y si piensa en un tema desagradable un 42.
Killingsworth hace una metáfora en la que escenifica que si la divagación fuera una máquina tragaperras sería como jugar para perder 50 dólares, 20 dólares o un dólar. "Nunca querrían jugar...", sentencia.
Sin embargo, se trata de un "juego" muy adictivo, ya que según esta aplicación la frecuencia con la que divagamos sobre algo distinto a lo que estamos haciendo es de un 47 por ciento.
En la lista de 22 actividades citada anteriormente aparece que los momentos en los que más divagamos es cuando nos duchamos o acicalamos o cuando escuchamos música (en torno a un 60 por ciento); cuando trabajamos llega al 50 por ciento; un 40 por ciento cuando hacemos ejercicio; e incluso en un 10 por ciento de las oportunidades en las que practicamos sexo pensamos en otra cosa.
"La divagación es omnipresente", asevera Killingsworth, ya que, salvo con el sexo, se divaga por encima del 30 por ciento con cualquier otra actividad. Así pues, estamos condenados a seguir perdiendo felicidad en esa máquina tragaperras imaginaria de la divagación mental.
Killingsworth concluye que su esperanza es que con el tiempo, siguiendo momento a momento la felicidad de las personas y sus experiencias, podamos descubrir muchas causas importantes de la felicidad hasta obtener una comprensión científica de la misma que nos ayude a crear un futuro más rico, más saludable y más feliz.
Si hacemos caso a su aprendizaje, me despido con la siguiente frase, que pronunció Eleanor Roosevelt (primera dama estadounidense): "El ayer es historia; el mañana, un misterio; el día de hoy, un regalo. Por eso le llaman presente".
Como siempre, sean felices.
Vídeo comentado y sugerido por Aminta Acosta Arcarazo (Terapeuta del CPA)
Si quieren ver a Matt Killingsworth en una charla explicando su aplicación, pinchen en el siguiente enlace: https://www.ted.com/talks/matt_killingsworth_want_to_be_happier_stay_in_the_moment?language=es
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