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lunes, 25 de febrero de 2019

Rompiendo el mito ¿qué me voy a encontrar cuando vaya al psicólogo?

Foto de  GotCredit con Licencia CreativeCommons


Cuando hablamos de Psicología muchas personas tienen dudas sobre a qué nos referimos. Existen prejuicios acerca de esta ciencia y la idea inicial puede estar alejada de la realidad.

La Psicología es la ciencia que se encarga de estudiar la conducta humana. Esta definición, se puede interpretar de forma incorrecta. Generalmente equiparamos conducta con “aquellas cosas que una persona hace”. Sin embargo, para un psicólogo/a la conducta es mucho, muchísimo, más. El comportamiento solo se puede entender como una interacción, y esta interacción no incluye solo la relación con los aspectos externos, fuera de la piel, como si esta fuese una barrera entre el individuo y el mundo. Cuando un psicólogo/a habla de conducta también está teniendo en cuenta lo interno, tanto las sensaciones físicas, las emociones y sentimientos, como los pensamientos. Además, no podemos hacer una separación entre cuerpo y mente. El ser humano es un todo, por ejemplo, no podemos separar con un cuchillo el proceso de digestión y el placer de comer, van unidos. 

Cuando una persona aparece en consulta con un problema psicológico, el psicólogo/a entiende que esta persona valora su comportamiento como “poco adaptativo” para su vida. Es decir, esa persona tiene conductas que son ineficaces a la hora de enfrentarse a los retos de su vida. El/la  profesional se encargará de evaluar qué ocurre y por qué se mantiene la problemática, considerando que el problema no es algo inherente a la persona. Es decir,  no va a colocar el problema dentro de uno mismo. De este modo, si una persona sufre ansiedad, la ansiedad no está en el individuo como un ente inamovible, como quien tiene un corazón o dos pulmones, ni es una etiqueta del individuo como quien es alto o moreno. La ansiedad serán una serie de comportamientos, pensamientos y emociones que le están impidiendo relacionarse con su medio como desea.  

El/la profesional de la psicología tampoco considerará la ansiedad como una enfermedad. Cuando decimos que una persona está enferma de tuberculosis se debe a que está contagiada con la bacteria que causa la tuberculosis y cursa con síntomas como tos, dolor en el pecho, fiebre, dificultad respiratoria, etc. Esta persona debe tomar antibióticos, aunque desaparezcan los síntomas, hasta que ha logrado acabar con todas las bacterias que le han invadido. Los problemas psicológicos NO funcionan así. Volviendo a la persona que solicita ayuda por ansiedad. Entre sus síntomas se evalúa que presenta taquicardia, sudoración, pensamientos negativos sobre su “torpeza” social y, además, evita reuniones de amigos donde haya gente nueva. En el momento que se enfrente a las situaciones problemáticas y desaparece esta sintomatología diremos que ha aprendido conductas más adaptativa. Así, la Psicología no busca la “bacteria” de la ansiedad. Por el contrario, pretende conocer qué factores de la interacción individuo-medio explican los síntomas y proporcionar las herramientas necesarias para que la persona pueda modificar su comportamiento por otro que le resulte más adecuado. 

¿Cómo puede la Psicología ayudar a resolver problemas?
Los psicólogos aplican los modelos generales que su ciencia ha desarrollado sobre aprendizaje (y desaprendizaje) de comportamientos. Además los ajustan al caso particular que solicita psicoterapia. Para ello, un psicólogo/a necesita conocer en profundidad todas las variables del problema de la persona en consulta. Durante las primeras sesiones, la base de la interacción será una entrevista, permitiendo al/a la profesional elaborar una descripción funcional muy detallada de la demanda. En este proceso será muy importante la colaboración de la persona que busca ayuda. El objetivo final será tener una explicación del porqué ocurren los comportamientos desadaptativos y elaborar un plan de tratamiento para modificarlos.

Una vez que el psicólogo/a entiende qué ocurre, por qué ocurre y cuales es el mantenimiento del problema, hará participe a la persona,  explicando la situación para poder comenzar el proceso de intervención.

Lo fundamental en la intervención psicológica es que la persona que acude a consulta sea agente del cambio. Una vez consensuado el plan de tratamiento entre la persona que demanda terapia y el psicólogo/a, será la propia persona quien lo lleve a cabo con ayuda de su psicólogo/a, que le irá guiando en todo momento, entrenándole en técnicas empíricamente validadas. Es cierto que este proceso a veces dará miedo. Requiere esfuerzo y caminar lejos de la zona de confort. A raíz de un trabajo personal, se adquieren las herramientas para enfrentarse no solo al problema específico, sino a muchos otros problemas diarios, generalizando así el aprendizaje adquirido a lo largo del proceso terapéutico. Esto se debe a que, afortunadamente, los seres humanos tienen una gran capacidad de generalizar los aprendizajes. 

De este modo cuando vayamos a un psicólogo/a, vamos a encontrar a un/a profesional que va a ofrecernos todo sus conocimientos teóricos y técnicos sobre psicológica. El psicólogo/a nos acompañará en el proceso de aprendizaje de comportamientos adaptativos, pero en última instancia el poder de cambio reside en nosotros mismos y es que nosotros somos la mejor herramienta que existe. 

Naiara Matesanz– Terapeuta del CPA
Referencias bibliográficas
Froján, M.X. y Santacreu, J (2008) Qué es un tratamiento Psicológico. Biblioteca Nueva. Madrid.




 

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