Conflicto interpersonal: “situación de desacuerdo, entre dos o más personas, en la que cada una de las partes tiene intereses o posiciones contrapuestas” (Elia Roca, 2007).
Atendiendo
a esta definición tú mismo serás capaz de verte involucrado en multitud de
conflictos interpersonales. Y te pregunto ¿cuál ha sido tu reacción en dichas
ocasiones? En general, el ser humano
tiende a sintonizar con la persona que se dirige a él, es decir, si yo te
hablo con agresividad es más probable que yo tú me contestes de la misma
manera; si te hablo desde la calma, es más probable que tú uses el mismo tono
de voz, etc.
Sin
embargo, en los conflictos, y más cuando se trata de temas que nos afectan
emocionalmente, nos es difícil no dejarnos llevar por emociones como la rabia,
la ira, o el enfado.
En esta
entrada, pretendo que hagas una reflexión sobre ¿Cuál es la mejor manera de resolver un conflicto?, y que te
plantees la manera en la que quieres comportarte en ellos. ¿Para qué te lo vas
a plantear si ahora mismo no tienes ninguno?, porque si planificamos y
anticipamos nuestra conducta para situaciones futuras cuando lleguen esas
situaciones nos será más sencillo afrontarlas.
Imagen: Shemsu.Hor, con licencia Creative Commons |
Existen
varios tipos de conflictos (según Elia Roca, 2007):
Conflictos con intereses
excluyentes o competitivos
Estos
conflictos se dan cuando las personas involucradas tienen objetivos que son
excluyentes entre ellos. Ejemplo: cuando dos corredores quieren ganar la medalla
de oro.
En
estos casos, sería muy positivo que todas las partes iniciaran un proceso de
negociación en el que conseguir una solución gano-ganas (la negociación merecería una entrada a parte, no
entraremos en ella). Como ideas
importantes en el proceso: Señalar los intereses comunes a todas las
partes, así como los divergentes. Un interés común suele ser el de mantener una buena relación entre las
partes; Reconocer el problema por
todas las partes; Formular el problema en común; Buscar alternativas para
solucionarlo; Evaluar alternativas y elegir; Ejecución de la medida y
evaluación de la misma.
Un
problema común en estos conflictos es que el discurso de las partes está
dirigido a defender su postura y no a comprender la del otro, de manera que
muchas veces se pierden objetivos comunes. Importante
comprender la otra postura.
Conflictos con posiciones
enfrentadas y con intereses compatibles
Es
decir, son conflictos en los que las personas tienen posiciones enfrentadas, en
desacuerdo, y sin embargo, sus objetivos son factibles en todas las partes.
Por
ejemplo, en un grupo de amigos una parte propone ir a ver un monólogo en el fin
de semana, mientras que la otra parte propone ir al cine. Se puede tornar una
conversación difícil si cada parte defiende su postura sin escuchar la del otro,
y quizás el monólogo sea el viernes y el cine pueda ser el sábado, y ambos
planes sean compatibles.
La
solución en este tipo de conflicto reside en la clarificación de los intereses de cada parte.
Conflictos de roles
Aquí
entran en juego las expectativas, y el choque entre las mismas, que tenemos los
unos sobre los otros (pareja, amigo, padres, etc.) “yo espero…”, “tú tendrías
que…”
Por
ejemplo: Tu padre quiere y espera que
te hagas cargo de hacer la cena y tú por el contrario, piensas que esa es tarea
de tus padres porque tu deber es estudiar. Otro ejemplo, tu pareja piensa que
al menos un día del fin de semana es para pasar solos, mientras que tú piensas
que los momentos de pareja están supeditados a los planes con los amigos; tú
esperas de tu jefe que te reconozca el trabajo bien hecho, mientras que por el
contrario tu jefe piensa que sólo debe llamarte la atención si te equivocas en
tu trabajo.
La
solución en estos conflictos sería primero comprender
el conflicto y después ajustar las expectativas discrepantes (otro tema que
llevaría una entrada en sí misma).
Conflictos debidos a actitudes
irracionales de una o ambas partes
Estos
conflictos residen en la percepción equivocada de la realidad de alguna (o
todas) las partes.
Por
ejemplo, una persona cuelga en una red social una foto contigo para expresar su
cariño y tú lo recibes como una ofensa y un ataque personal porque es una foto
en la que sales mal. Otro ejemplo sería si ves a una persona reírse cerca de ti
y te piensas que es por la opinión que acabas de manifestar, porque le parece
ridícula, sin conocer que la risa de esa persona está ocasionada por el
tropezón de otra. Esto lleva a pensar que la intención del otro va en perjuicio
de mis intereses.
En
estos conflictos prima la desconfianza y la no comunicación. Ya que cuando
nosotros elaboramos una creencia sobre la realidad sino la sometemos a juicio corremos
el peligro de equivocarnos, así como si la sometemos a juicio y decidimos no
creernos el veredicto del juicio y quedarnos con nuestra valoración estamos
generando desconfianza.
Para la
resolución de este conflicto sería muy positivo: clarificar la realidad desde
todas las partes y estudiar las ideas irracionales y las distorsiones
cognitivas que están contribuyendo en nuestra valoración.
Fuente:
Cómo mejorar tus habilidades sociales, Elia
Roca, 2007.
Artículo redactado por Alba Luque, terapeuta del CPA.
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