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lunes, 15 de febrero de 2016

¿Cuál es la mejor manera de resolver un conflicto?

Conflicto interpersonal: “situación de desacuerdo, entre dos o más personas, en la que cada una de las partes tiene intereses o posiciones contrapuestas” (Elia Roca, 2007).

Atendiendo a esta definición tú mismo serás capaz de verte involucrado en multitud de conflictos interpersonales. Y te pregunto ¿cuál ha sido tu reacción en dichas ocasiones? En general, el ser humano tiende a sintonizar con la persona que se dirige a él, es decir, si yo te hablo con agresividad es más probable que yo tú me contestes de la misma manera; si te hablo desde la calma, es más probable que tú uses el mismo tono de voz, etc.

Sin embargo, en los conflictos, y más cuando se trata de temas que nos afectan emocionalmente, nos es difícil no dejarnos llevar por emociones como la rabia, la ira, o el enfado.

En esta entrada, pretendo que hagas una reflexión sobre ¿Cuál es la mejor manera de resolver un conflicto?, y que te plantees la manera en la que quieres comportarte en ellos. ¿Para qué te lo vas a plantear si ahora mismo no tienes ninguno?, porque si planificamos y anticipamos nuestra conducta para situaciones futuras cuando lleguen esas situaciones nos será más sencillo afrontarlas.

Imagen: Shemsu.Hor, con licencia Creative Commons
Existen varios tipos de conflictos (según Elia Roca, 2007):

Conflictos con intereses excluyentes o competitivos

Estos conflictos se dan cuando las personas involucradas tienen objetivos que son excluyentes entre ellos. Ejemplo: cuando dos corredores quieren ganar la medalla de oro.

En estos casos, sería muy positivo que todas las partes iniciaran un proceso de negociación en el que conseguir una solución gano-ganas (la negociación merecería una entrada a parte, no entraremos en ella). Como ideas importantes en el proceso:  Señalar los intereses comunes a todas las partes, así como los divergentes. Un interés común suele ser el de mantener una buena relación entre las partes; Reconocer el problema por todas las partes; Formular el problema en común; Buscar alternativas para solucionarlo; Evaluar alternativas y elegir; Ejecución de la medida y evaluación de la misma.

Un problema común en estos conflictos es que el discurso de las partes está dirigido a defender su postura y no a comprender la del otro, de manera que muchas veces se pierden objetivos comunes. Importante comprender la otra postura.

Conflictos con posiciones enfrentadas y con intereses compatibles

Es decir, son conflictos en los que las personas tienen posiciones enfrentadas, en desacuerdo, y sin embargo, sus objetivos son factibles en todas las partes.

Por ejemplo, en un grupo de amigos una parte propone ir a ver un monólogo en el fin de semana, mientras que la otra parte propone ir al cine. Se puede tornar una conversación difícil si cada parte defiende su postura sin escuchar la del otro, y quizás el monólogo sea el viernes y el cine pueda ser el sábado, y ambos planes sean compatibles.

La solución en este tipo de conflicto reside en la clarificación de los intereses de cada parte.

Conflictos de roles

Aquí entran en juego las expectativas, y el choque entre las mismas, que tenemos los unos sobre los otros (pareja, amigo, padres, etc.) “yo espero…”, “tú tendrías que…

Por ejemplo: Tu padre quiere y espera que te hagas cargo de hacer la cena y tú por el contrario, piensas que esa es tarea de tus padres porque tu deber es estudiar. Otro ejemplo, tu pareja piensa que al menos un día del fin de semana es para pasar solos, mientras que tú piensas que los momentos de pareja están supeditados a los planes con los amigos; tú esperas de tu jefe que te reconozca el trabajo bien hecho, mientras que por el contrario tu jefe piensa que sólo debe llamarte la atención si te equivocas en tu trabajo.

La solución en estos conflictos sería primero comprender el conflicto y después ajustar las expectativas discrepantes (otro tema que llevaría una entrada en sí misma).

Conflictos debidos a actitudes irracionales de una o ambas partes

Estos conflictos residen en la percepción equivocada de la realidad de alguna (o todas) las partes.
Por ejemplo, una persona cuelga en una red social una foto contigo para expresar su cariño y tú lo recibes como una ofensa y un ataque personal porque es una foto en la que sales mal. Otro ejemplo sería si ves a una persona reírse cerca de ti y te piensas que es por la opinión que acabas de manifestar, porque le parece ridícula, sin conocer que la risa de esa persona está ocasionada por el tropezón de otra. Esto lleva a pensar que la intención del otro va en perjuicio de mis intereses.

En estos conflictos prima la desconfianza y la no comunicación. Ya que cuando nosotros elaboramos una creencia sobre la realidad sino la sometemos a juicio corremos el peligro de equivocarnos, así como si la sometemos a juicio y decidimos no creernos el veredicto del juicio y quedarnos con nuestra valoración estamos generando desconfianza.

Para la resolución de este conflicto sería muy positivo: clarificar la realidad desde todas las partes y estudiar las ideas irracionales y las distorsiones cognitivas que están contribuyendo en nuestra valoración.    



Fuente: Cómo mejorar tus habilidades sociales, Elia Roca, 2007.


Artículo redactado por Alba Luque, terapeuta del CPA.

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