Aaaay ,
las Navidades, esa época del año tan bonita, donde las ciudades se llenan de
luces, las calles de villancicos, nos
juntamos con la familia y nos reunimos con amigos y familiares que hacía tiempo
que no veíamos, recibimos multitud regalos y todos los días son motivo de
fiesta…
Sin embargo,
no todo es tan bonito como nos cuentan los anuncios y la sociedad: las grandes
ciudades se llenan, es casi misión imposible ir al trabajo si éste está dentro
del perímetro de calles comerciales del centro de la ciudad e incluso dar un
simple paseo acaba resultando tedioso y estresante; para poder comprar cualquier
cosa tenemos que enfrentarnos a grandes colas; los precios se disparan; nos
vemos obligados a asistir-presenciar las temidas comidas familiares, con gente
que no nos cae muy bien o vernos metidos entre peleas o rencillas del pasado… En resumidas cuentas: una época de estrés, de oda al consumismo y de continuos agobios.
Imagen: Bart, con licencia Creative Commons |
¡Qué bonita es la navidad!
Todo
esto es un claro ejemplo de cómo esta época del año puede ser una época positiva
y apetecible, o todo lo contrario, los peores días del año. Es cierto, que
muchas cosas que suceden en esta época nos hacen sentirnos mal o querer odiarla,
pero también, es cierto que está en nuestra mano intentar cambiar y controlar
lo que no nos gusta para poder aprovecharla y vivirlo de la mejor manera
posible.
Ahí van
algunos consejos para sobrevivir a esta época del año:
· Reserva tiempo para ti mismo/a: Este mes está lleno de
cenas, comidas y compromisos familiares
y de empresa, haciendo que muchas veces nos quedemos sin tiempo para nosotros,
y nos trastoque nuestra querida rutina (esa que tanto odiamos, pero sin la que
no podemos vivir). Por eso es importante guardar momentos para uno/a mismo/a, en los
cuales sigamos haciendo las cosas de siempre, tiempo para estar en casa, para
hacer nuestras tareas, o incluso, porque no, para aburrirnos.
· Date pequeños caprichos: Para compensar los momentos
difíciles, ya sean las comidas familiares con complicaciones, las grandes colas
en los establecimientos para comprar los regalos o cualquier otra cosa que nos
suceda estos días, no está de más darnos recompensas por aguantar todo esto. Ya
sea algo material o una actividad que nos apetecía hacer desde hace tiempo: cualquier cosa vale, si para nosotros es importante. Esto ayudará a compensar
la balanza.
· Aprende técnicas para controlar
tu activación:
Sabemos que por estas fechas hay momentos que nos superan, y nuestra ansiedad y
nervios suelen subir o incluso sobrepasar nuestros límites. Por todo esto, es
conveniente que empecemos a aprender técnicas rápidas y eficaces para controlarnos:
ya sea respiración profunda, relajación muscular, o apuntarnos a yoga… sea cual
sea la que elijamos, es importante asegurarnos de que tenga una base científica
por detrás (¡no queremos perder el tiempo!)
· Controla tus impulsos: Si queremos seguir teniendo
amigos y familia después de esta época, tenemos que recordar que la mezcla de
estrés y alcohol es la clave para meternos en conflictos. Por eso, si tenemos
alguna crítica o problema que solucionar con alguien, mejor dejarlo para
después de las fiestas, donde estas dos variables ya no estarán tan presentes
en nuestra vida.
·
No dejes las cosas para última
hora: Muy
relacionado con lo explicado anteriormente, el dejar las decisiones y cosas por
hacer para los últimos días aumentará notablemente nuestro estrés, ya que lo
más probable es que muchas cosas estén agotadas, los precios hayan triplicado,
al igual que las filas y el número de gente que estará en el mismo sitio que
nosotros, porque han tenido la misma gran idea (o mejor dicho, insensatez). Por
tanto, para cuidar nuestra salud mental, lo mejor es dejar todo hecho y
preparado lo antes posible, o incluso dividirlo por días y no darnos una
maratón de “cosas que hacer”.
·
Controla los excesos: Ya sean cosas materiales
(regalos y compras) o comida, esta época del año es famosa por sus excesos.
Está claro que siempre viene bien darnos un capricho, sin embargo, los excesos (una
vez pasado el momento) suelen ir acompañados de culpa y reproches a uno mismo.
Frases como las siguientes son las que evitaremos pensar si conseguimos
controlarnos: “no debería haber gastado tanto dinero” “He engordado 3 kilos, cómo
es posible” “Esta es la última vez que bebo tanto” “Qué
hago con todo lo que ha sobrado…”
· No compares: El dar acceso libre a nuestros
recuerdos y comparar las Navidades pasadas con las que anticipamos que serán
peores es un camino que claramente nos lleva a la amargura. Por ello antes de
empezar a hacer eso, tenemos que tener
claro que las personas tenemos la tendencia a recordar solo lo bueno y olvidar
lo malo, por tanto nuestros recuerdos más antiguos (y si es para comparar más)
siempre serán más bonitos y felices que los actuales. Por otro lado, recordar
que las Navidades vistas desde los ojos de un niño no son iguales que si las
vemos de adultos, pero eso no significa que uno no la pueda disfrutar.
· Permítete escapar: Si aún así, estas fechas
siguen siendo algo terrorífico para uno, lo mejor es permitirnos escapar de
ello (aunque solo sea en este contexto), planificando un viaje o escapada con
nuestra pareja, amigos o incluso solos. Todos tenemos derecho a elegir cómo
queremos celebrarlo.
Seguir
estos consejos nos puede ayudar convertir una época del año tan temida para
muchos en un momento para disfrutar y pasarlo lo mejor posible.
Artículo
redactado por Tauana Matias, terapeuta del CPA
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