En la entrada de hoy queremos
proponer un decálogo de la NO superación de la ruptura de una relación
sentimental.
Sea que la ruptura haya sido de
común acuerdo, hayas sido tú el/la principal promotor/a o viceversa, si sigues todos
(o varios de) estos consejos, muy probablemente te quedes enganchado/a a esa relación que ha terminado.
Esto tendrá por seguro un efecto
pernicioso sobre tu estado de ánimo, autonomía, seguridad y relaciones
sociales.
Foto: Phototropy, con licencia Creative Commons |
¿Quieres saber cómo conseguirlo?
Sigue los siguientes consejos:
No te
des permiso para estar triste: aunque sea completamente normal sentir
malestar porque un ser querido se haya ido de tu vida, no te des el permiso
para sentirte lógicamente mal. Por el contrario, niega el malestar; y, si lo
sientes, considéralo anormal y no lo compartas con nadie. A fin de cuentas,
¿por qué iba a dolerte si tan sólo era (y quizá aún sea) una de las personas a
las que más has querido?
Continúa
en contacto con tu ex pareja (física o virtualmente)…: aunque una de las
dos partes haya expresado su deseo de abandonar el contacto, vulnéralo. Si ha
sido él/ella, llámalo/a de vez en cuando (o todos los días) para ver qué tal
está, para quedar para hablar y repasar uno a uno los motivos por los cuales la
relación se ha roto. Si has sido tú, coge el teléfono (a ser
posible unas veces sí y otras no: esto tiene un efecto especialmente negativo
sobre las llamadas de tu expareja) o directamente llama tú.
…y mantente
informado/a (física o virtualmente):
trata de tener controlado qué está haciendo tras la ruptura y cómo se encuentra
(o dice encontrarse) forzando encuentros “fortuitos” al pasar por lugares por los que sabes que probablemente estará, permaneciendo muy atento/a a su actividad en las redes
sociales, sus actualizaciones, cambios en estados y fotos de perfil… e incluso
últimas conexiones. Esto es especialmente efectivo si quieres obsesionarte y
hacerte experto/a en sacar conclusiones pese a tener pruebas insuficientes.
Mantén
todos los recuerdos a la vista (y revísalos): si tienes fotos o recuerdos
de la relación en tu habitación, en tu fondo de pantalla del móvil, en tu
cartera, etc., ¡mantenlos! Ni se te ocurra quitarlos, aunque el hecho de
encontrarte con ellos incidental o intencionalmente te haga sentir mal y pueda
servir de recordatorio de lo que ya no tienes.
Repítete
lo feliz que eras con él/ella, lo perfecto/a que era él/ella y vuestra
relación...: trata de repasar todo lo bueno que tenía tu
expareja, contraponiéndolo con cómo te sientes ahora. Olvida todos los aspectos
negativos que te hicieron tomar la decisión de finalizar la relación, lo
seguro/a que estabas de dicha decisión tras haberla meditado largo tiempo y de
la forma más objetiva posible. Y si no fuiste partícipe de dicha decisión, repítete
que jamás encontrarás a nadie como él/ella. Esto es científicamente cierto,
puesto que ni siquiera los gemelos son completamente idénticos en todo, pero tú
además debes pensar que jamás encontrarás a nadie con quien quieras compartir
aquellos aspectos de tu vida que desees y con quien tener una relación
sentimental, porque nunca será igual. Esto último, de nuevo, es cierto; pero tú
piensa que necesariamente será peor.
…y sácalo
a relucir en todas las conversaciones: y no nos referimos a que hables de
tu malestar y tus preocupaciones con quien desees, sino que sigas haciéndolo
día a día, conversación a conversación, pese a que no haya nada nuevo que decir
y tus interlocutores/as ya te hayan dado su opinión. ¡Especialmente
recomendable para que tus amigos/as prefieran evitar hablar contigo por el
malestar que esta situación pueda generar en ellos/as también!
Deja
de hacer las cosas de las que disfrutabas (aunque fuera con él/ella)…: ¿te
gustaba el cine, el teatro, salir a correr, en bicicleta, salir a tomar algo…?
¡No lo hagas! Porque, aunque está más que corroborado que aumentar el nivel de
actividad tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo, ¿qué más da? Esto
es, además, especialmente efectivo para hacer que determinados
lugares/actividades sigan recordándote a él/ella.
...y no
te atrevas a conocer a nuevas personas: hablamos aquí de hacer nuevas
amistades, no necesariamente de potenciales parejas. Sea que compartieras tus
amigos/as con tu expareja o no, puede que conocer nuevas personas amplíe tus
fronteras, tanto sociales como de nuevas actividades, mejorando así tu
bienestar, satisfacción, humor… ¡Y en ningún caso quieres eso!
Abandonando ya la ironía, es
conveniente aclarar que una ruptura
puede ser realmente dolorosa y, como hemos propuesto en el primer punto, esto
es completamente normal debido a la pérdida de un ser querido que conlleva.
Por ello, si quieres sentirte
mejor y facilitar tu superación de este difícil momento, es muy probable que te
resulte de utilidad hacer lo opuesto
a cada uno de los puntos que hemos señalado anteriormente.
Artículo redactado por Darío Moreno, terapeuta del CPA.
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