Os dejamos con un breve texto escrito por él.
Cannabis, la gran ambivalencia
El cannabis es la sustancia ilegal más consumida del mundo,
y nuestro país no es una excepción. La accesibilidad a esta sustancia es
grande, su coste muy económico, y esto hace que se consuma en gran cantidad,
especialmente por la población joven. En este sentido destaca la gran cantidad
de cannabis que parece fumarse en los Campus universitarios, y cuyo Patrón, San Canuto es ya parte de la
vida universitaria.
Sin embargo quiero reflexionar sobre una diferencia que
dicha sustancia tiene frente a otras drogas, y es que el cannabis está envuelto
en una gran contradicción: por un lado se es consciente de que es una droga,
pero por otro a menudo se minimizan sus efectos y consecuencias negativas para
la salud tanto física como psicológica. Al contrario, muchas personas aduciendo
argumentos peregrinos asocian su uso terapéutico (en determinadas enfermedades,
mediante una vía de consumo diferente a fumar un porro, bajo un control y
seguimiento médico y al amparo de una legislación distinta a la de nuestro
país) para justificar su consumo recreativo. Nadie en su sano juicio
confundiría el uso terapéutico de la morfina en los casos de dolor crónico en
forma de bombas o parches de morfina, con ir a un poblado y consumir
heroína vía intravenosa. Pero este tipo
de argumentos sí se emplean en el caso del cannabis ¿por qué?
No nos llevemos a engaño. Llamemos al pan, pan y al vino,
vino. Una cosa es un fármaco y otra una droga. Justificaciones las que uno
quiera, razones, muy poquitas.
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