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En muchas ocasiones, hemos
escuchado aquello de: “todos deberíamos ir a un psicólogo”… pero: ¿Con qué
objetivo?, ¿Para qué sirve un psicólogo?, ¿Sirve para desahogarnos? ¿Acudimos
para que nos aconseje?
La psicología es una de las
profesiones de las que cualquier persona, con mayor, menor o nulo conocimiento sobre el tema, se permite hablar,
opinar y hacer recomendaciones. Parece ser una rama de estudio de la que todo
el mundo sabe, teniendo en cuenta, para ello, su propia experiencia. Sin entrar
a debatir las cuestiones epistemológicas que hay de fondo sobre el objeto de
estudio de la Psicología, lo cierto es que en absoluto es un conocimiento del
que todo el mundo disponga, se trata de conocimientos y procedimientos
científicos, no creencias, impresiones o
sentido común.
Mucha de la información que circula en la
sociedad sobre lo que hacemos los psicólogos es incorrecta y consideramos un
aspecto tremendamente importante el realizar una difusión adecuada sobre cuáles
son nuestras tareas como psicólogos y cuáles no, siendo críticos con nuestra
propia profesión y las prácticas que en ella se desarrollan. Estas funciones de
divulgación e información también forman parte de nuestras funciones y
responsabilidades pues, en definitiva, el reconocimiento que se le dé a esta
profesión revertirá en el uso y alcance de la misma.
El psicólogo David Pulido,
escribe acerca de estas cuestiones en el artículo que se adjunta a
continuación, señalando cuáles son y cuáles no son nuestras labores;
explicando, a su vez, las principales cuestiones por las que nuestra profesión
no es lo suficientemente valorada socialmente. Como bien explica el autor, el
objetivo de acudir a terapia no es: desahogarse, conocerse a uno mismo o pedir
consejo. Un psicólogo es un profesional que conoce a la perfección los
mecanismos del comportamiento humano y que
mediante técnicas avaladas
científicamente, ayuda a las personas que sufren, a modificar aquellos hábitos
y conductas que están en la raíz de su malestar. Coincidimos con el autor en que
nosotros mismos, los psicólogos, hemos y estamos contribuyendo al desprestigio
y a la mala imagen que la psicología tiene en muchos contextos, al no difundir
adecuadamente qué hacemos.
Artículo: ¿Para qué sirve ir al
psicólogo? No para charlar, para eso están los amigos.
Artículo comentado por Rebeca
Pardo Cebrián (Terapeuta del CPA).
Fuente: David Pulido en el
periódico “El confidencial”.
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