En el 2008 el número de fallecimientos por suicidio superó al de accidentes de tráfico (Instituto Nacional de Estadística, INE, 2010). Además, las personas diagnosticadas de depresión presentan un riesgo de realizar un intento suicida veinte veces mayor al de la población general.
Los datos de suicidio entre los jóvenes (entre 15 y 24 años) son preocupantes, en el sentido de que se establece entre la segunda y tercera causa de muerte, igual para hombres que para mujeres.
Y ahora, conociendo estos datos… ¿qué? En primer lugar, resulta imprescindible considerar los factores que resultan de protección y aquellos otros que son de riesgo; para ambos existen factores personales, familiares y sociales.
Factores de protección
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Personales
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Familiares
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Sociales
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Poseer habilidades de comunicación
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Apoyo familiar con elevada cohesión
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Apoyo social consistente y de calidad
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Poseer habilidades de solución de problemas (para resolverlos de manera adaptativa)
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Buscar consejo ante las dificultades así como ser receptivos ante la ayuda prestada
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Contar con actitudes y valores positivos (tales como el respeto, la solidaridad, la cooperación, la justicia y la amistad)
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Factores de riesgo
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Personales
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Familiares
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Sociales
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Tener un diagnóstico de enfermedad médica o trastorno mental grave
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Pertenecer a una familia con altos niveles de crítica y hostilidad
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Presencia de acontecimientos vitales negativos (muerte de una persona querida, ruptura de pareja, problemas legales)
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Haber recibido un alta reciente de una unidad de hospitalización psiquiátrica
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Antecedentes familiares de suicidio
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Dificultad para acceder a los servicios socio-sanitarios
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No mantener la adherencia al tratamiento farmacológico preescrito
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Abuso de alcohol y/o otras drogas en la familia
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Desempleo
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Poseer antecedentes personales de ideación, tentativas suicidas o intentos autolíticos
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Haber sufrido o sufrir maltrato físico y/o psicológico
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Aislamiento social y/o ausencia/ pérdida de una red social de apoyo
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Poseer sentimientos de fracaso personal, indefensión y desesperanza
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Tener altos niveles de impulsividad, agresividad y baja tolerancia a la frustración
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Entonces, ¿qué podemos hacer?
A continuación se presentan unas sencillas pautas para personas con ideación suicida y para familiares o personas cercanas a aquellas con dicho tipo de ideas.
Estrategias para las personas con ideación suicida:
- Pedir ayuda a profesionales de
- Contar con el apoyo de personas cercanas y dejarse ayudar.
- No olvidar que… el suicidio puede presentarse como una solución permanente ante un intenso dolor. Pero, aunque no lo parezca, la desesperanza, el dolor y el vacío son estados temporales, no permanentes.
- Potenciar los factores de protección (construir y mantener una red de apoyo, recuperar el control con rutinas y actividades agradables e identificar las señales de riesgo o detonantes de malestar).
Estrategias para familiares y otras personas cercanas:
- Tener disponible teléfonos de emergencia o ayuda (por ejemplo, 112).
- Limitar el acceso a posibles medios lesivos.
- No dejar, en la medida de lo posible, a la persona sola: involucrar a las familias y a los amigos.
- Mejorar las habilidades: preguntar y escuchar.
- Autocuidado de la familia y del entorno.
- Favorecer que la persona maximice sus factores de protección.
Artículo de Marta Ortega (terapeuta del CPA).
Para mayor información, pueden consultarse la siguiente bibliografía:
PARA FAMILIARES Y OTRAS PERSONAS CERCANAS A AQUELLAS CON IDEACIÓN SUICIDA: Guía para familiares: Detección y prevención de la conducta suicida en personas con una enfermedad mental:
PARA PERSONAS CON IDEACIÓN SUICIDA: Guía de autoayuda: Prevención del suicidio, ¿qué puedo hacer?
PARA PROFESIONALES: Protocolo para la detección y manejo inicial de la ideación suicida:
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