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miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡Pongamos freno a los miedos nocturnos! Parte 3


- ¿Es mejor acompañar al niño en su propia cama hasta que se duerma o dejarle que vaya a la nuestra?

Es mejor acompañarle en su propia cama hasta que se duerma ya que así conseguimos que el menor se relaje en su cuarto, que es donde el resto de días va a dormir, y si le sacamos de su habituación es posible que el niño piense que su cuarto no es seguro o puede  ser que termine teniendo miedo a su cuarto.
Por ello, es importante que el niño tras la pesadilla vuelva a dormir en su cuarto, esto es muy similar a cuando te dicen que si te caes de una bicicleta lo primero que debes hacer es volverte a montar en ella, para no cogerle más miedo, pues igual ocurre en el caso de habitación. 
-¿Cómo podemos ayudarle a que poco a poco vaya superándolo? ¿Qué juegos o actividades se pueden realizar con el niño para perder el temor a la oscuridad, los fantasmas, a que alguien extraño entre en casa por la noche…?

Depende del miedo podremos realizar unas u otras actividades. Lo más importante y que ya he señalado anteriormente es que nos mostremos tranquilos y que hablemos con él en una actitud comprensiva. Nunca debemos reírnos de sus miedos, aunque tampoco debemos darles especial importancia, debemos escucharle y comprenderle. Si partimos de esa base, que es sumamente importante, ya tendremos mucho conseguido.

Si el miedo es a la oscuridad, es importante que el niño poco a poco se vaya exponiendo a la misma, ya que al hacerlo descubrirá que ésta no es tan negativa, ni peligrosa cómo él pensaba. Por ejemplo, podemos hacer que encienda él la luz de los distintos cuartos de la casa, podemos jugar a esconder juguetes en la habitación con la luz apagada, a hacer animales en la pared con una linterna, es decir, cualquier juego que se nos ocurra y que se pueda llevar a cabo en la oscuridad le ayudará a ver la falta de luz como algo norma o incluso divertido, y sobretodo, no amenazante. Además, es muy importante que seamos conscientes de que para el niño la oscuridad es algo muy temido y que hacer estas actividades a él le supone mucho esfuerzo por ello debemos premiar su valentía y decirle que estamos muy orgullosos de él.

Si el miedo es a los fantasmas podemos por ejemplo contarle cuentos donde los fantasmas sean personajes buenos que nos ayudan, disfrazarnos de fantasmas o disfrazarle a él de fantasma (si quiere), inventarnos un juego muy divertido que se llame “la diversión fantasma” donde el niño disfrute mucho, hablar con él sobre los fantasmas, proponerle que se invente un fantasma divertido, que dibuje uno no amenazante en un papel (un fantasma con cara de payaso, un fantasma que abraza a un niño).

En el caso de que el niño tenga miedo a que un extraño entre en casa por la noche lo primero que debemos hacer es mostrarnos tranquilos, hablar con él porque piensa eso, a lo mejor ha visto en la televisión un programa en la que unos ladrones entraban a una casa, o a algún amigo le ha ocurrido algo similar. Si tenemos alguna forma de asegurarle que en nuestra casa no van a entrar se la podemos decir (por ejemplo tenemos una puerta blindada que es muy difícil abrir sin llave).

En cuanto al miedo a los monstruos se pueden realizar diversas tareas. Lo primero, como ya hemos comentado anteriormente, es sumamente importante tranquilizar al niño dándole seguridad. Por supuesto, no podemos ridiculizar su miedo o reírnos de él, debemos escuchar atentamente sus temores sin mostrar excesiva preocupación. Tras esto, podemos demostrar al niño que no hay monstruos donde él pensaba que estaban (por ejemplo debajo de la cama, etc.), también podemos hablar con él y explicarle que los monstruos solo existen en su imaginación, e invitarle a hablar de su miedo (ya que al verbalizarlo es posible que sus temores disminuyan), también podemos hacer dibujos en donde aparezcan cosas reales y cosas imaginarías.  En muchas ocasiones, como el monstruo se ha creado en la imaginación del niño podemos recurrir a ésta para superarlos, por ello podemos regalarle un muñeco protector o crear una caja de monstruos en los que podremos meter a los seres fantásticos por la noche para que dejen de molestar al niño, dejando la caja de los monstruos alejados de su cama, asegurándole que así no lo molestarán más porque están lejos.

-¿Cómo debemos actuar si el pequeño pone un montón de excusas para no irse a dormir?

En muchos hogares, la hora de irse a dormir se convierte en una situación problemática. Son frecuentes las excusas por parte de los niños para evitar acostarse a la hora preestablecida, las regañinas y las discusiones. Algunos consejos que podemos seguir para conseguir nuestros objetivos es decir, para conseguir que nuestro hijo se acueste a su hora, que se vayan a la cama de una forma rápida y sin discusiones,etc. son los siguientes:

    Establecer una rutina y respetarla (por ejemplo, le transmitimos a nuestros hijos que a las 21:00 hay que ponerse el pijama, lavarse los dientes, desearnos las buenas noches e irse a dormir, y es muy importante que la llevemos a cabo, aunque al principio nos pueda resultar complicado cumplirla es importante hacerlo y también puede ser eficaz que el niño conozca este horario y que lo cumpla).
       Es conveniente evitar las actividades que conlleven una alta activación física o mental (como correr por la casa o juegos en los que se tengan que mover mucho), ya que tras la realización de este tipo de actividades a los niños es como si “se les cargaran las pilas” de nuevo, y será mas complicado lograr que se vayan a la cama. por lo tanto, son recomendables aquellas actividades que ayuden a su relajación o a que se tranquilicen.
   Normalmente a muchos niños les gusta que sus padres les cuenten cuentos, podemos decirles que únicamente si consiguen realizar toda la rutina que ocurre antes de ir a dormir  se lo contaremos. Podemos calcular cuanto tiempo suele tardar en cepillarse los dientes, ponerse el pijama, etc. y darle ese tiempo para que realice todas las actividades así evitamos que el menor se entretenga con otras tareas. Al hacer esto estamos ayudando a que el menor tenga una mayor autonomía, realice solo las actividades de antes de irse a dormir y seguramente sin tanta batalla y tras eso realizaremos una actividad relajada que le ayudará a conciliar mejor el sueño. Es importante que la duración del cuento esté relativamente pautada ya que sino nos podemos encontrar con que el niño conozca los cuentos largos y siempre prefiera esos para demorar el inicio de la hora de irse a dormir.
       Es tremendamente importante que nos mantengamos firmes y constantes a la hora de llevar los cambios que se necesiten. Los niños seguramente intenten mantenerse en su posición, ya que para muchos el mantenerse despierto ofrece mas opciones que irse a dormir (ver la televisión, jugar, recibir atención por parte de sus papás, etc.), pero la realidad es que no es conveniente negociar con ellos en lo que se refiere a la hora de irse a dormir, ya que el sueño es absolutamente necesario para todos los miembros de la familia. Por eso, si hemos llegado a una determinación sobre la hora en que hay que acostarse y en la manera en la que hay que hacerlo, debemos ser firmes y constantes y transmitírselo a nuestros hijos de una forma tranquila y segura.
      Otra opción es  utilizar un contrato en el que el niño tendrá algún pequeño  premio por dormir en su habitación y por haberse ido a la cama de una forma adecuada (es decir sin demorar el tiempo en el que se va a dormir) se marcarán  los días en los que ha tenido éxito, acordando previamente el premio a final de mes, si se comienza con refuerzos continuos pasar poco a poco a refuerzos intermitentes, es decir, podemos prolongar el tiempo en el que obtendrá el refuerzo y en lugar de conseguirlo tras un mes conseguirlo tras dos meses.
  También podemos hacer más atractiva la hora de irse a dormir para nuestro hijo si modificamos algunos aspectos ambientales de su habitación. Por ejemplo, podemos ponerles una colcha que a ellos les resulte bonita, o sus muñecos preferidos cerca de él para que le transmitan seguridad.
     Por ultimo es imprescindible que nosotros como padres, premiemos cuando nuestros hijos  han hecho las cosas adecuadamente, transmitiéndoles continuamente lo bien que lo están haciendo y lo contentos y orgullosos que estamos de ellos, podemos decírselo a la abuela para que ella también le felicite, etc.

Autoras: Marina Brunete, Alejandra Mohamed (Terapeutas del CPA) y Yolanda Bezares

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