Trabajar
implica invertir esfuerzo físico y/o mental; esfuerzo que invertido
repetidamente o sostenidamente se traduce en altos niveles de fatiga y
estrés por el que requerimos un descanso para reponer las energías
agotadas. Trabajar hasta el agotamiento físico o psíquico puede
desencadenar en problemas crónicos de salud (estrés, enfermedades
cardiovasculares) y en problemas laborales (absentismo por enfermedad,
accidentes laborales, bajo desempeño, alta rotación de empleados y
conflictos interpersonales, entre otros). El cuerpo y la mente son los
primeros en enviarnos señales del cansancio acumulado, suponiendo la
recuperación una necesidad inherente de nuestra capacidad limitada como
seres humanos.
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Cuando hablamos de recuperación del estrés,
nos referimos a descansar de los factores que generan dicho estrés.
Recuperarse puede entenderse como un proceso positivo que disminuye las consecuencias negativas de la fatiga. Desde una perspectiva fisiológica, el descanso del trabajo, reduce y previene la acumulación de agotamiento y estrés que conduce al deterioro de la salud. Desde una perspectiva psicológica, restaura nuestros recursos y energías preparándonos para las actuales o nuevas demandas laborales.
Recuperarse puede entenderse como un proceso positivo que disminuye las consecuencias negativas de la fatiga. Desde una perspectiva fisiológica, el descanso del trabajo, reduce y previene la acumulación de agotamiento y estrés que conduce al deterioro de la salud. Desde una perspectiva psicológica, restaura nuestros recursos y energías preparándonos para las actuales o nuevas demandas laborales.
Podemos encontrar oportunidades para recuperarnos
tanto dentro como fuera del trabajo. Los descansos formales e informales
durante la jornada laboral, las horas después del trabajo, los fines de
semana, o las vacaciones, son algunos ejemplos. Sin embargo, no todo el
tiempo fuera del trabajo puede ser equiparable a "tiempo libre" o
tiempo de ocio, ya que este tiempo puede no estar completamente abocado a
la recuperación de recursos y energía invertido durante el trabajo. Por
un lado, las personas destinan una porción sustancial de su tiempo
libre en dormir, comer o en higiene personal. Por otro lado, actividades
como tareas domésticas, cuidado de niños y tareas vinculadas al
trabajo, consumen recursos similares a los ya invertidos durante la
jornada laboral inhibiendo las posibilidades de recuperación.
Investigaciones al respecto, han identificado las actividades más típicas del tiempo de ocio que son potencialmente más propicias para recuperarse. Las actividades de bajo
esfuerzo como ver televisión, leer una revista o simplemente relajarse
en un sofá, son actividades pasivas, poco o nada demandantes que
facilitan al sistema fisiológico volver a su nivel pre-estrés y
recuperarse. Las actividades sociales, como asistir a una fiesta,
reunirse con amigos, o conocer personas nuevas, promueven la
recuperación porque no solo no se demandan recursos similares a los
invertidos durante el trabajo, sino que también ofrecen la oportunidad
de apoyo social. Las actividades físicas estimulan los procesos
fisiológicos y psicológicos, que mejoran no sólo la salud física del
individuo, sino también la salud mental (e.g., el estado de ánimo
positivo). Las actividades que implican retos cognitivos,
son las emprendidas por trabajadores con tecnologías de información y
comunicación (TICs). Éstas hacen referencias a aquellas actividades que
utilizan recursos cognitivos vinculados a la búsqueda de retos y de
oportunidades de aprendizaje (Colombo, Cifre y Salanova, 2011). Ejemplos
de estas actividades son desarrollar programas informáticos (juegos,
software), jugar videojuegos y/o de ordenador, asistir de formación o
capacitación (aprender un nuevo idioma y/o habilidad).
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Estas actividades se denominan
de recuperación porque en ellas subyacen experiencias que facilitan la
recuperación, como la relajación, desconectar de los estresores
laborales, la búsqueda de retos y el control de tiempo libre. Son estas
experiencias de recuperación las verdaderas protagonistas del éxito del
proceso de recuperación, las que nos alejan físicamente y mentalmente de
los estresores y nos ayudan a generar recursos y energía. Por eso,
cuando nuestra recuperación es exitosa, nos sentimos con ánimo y fuerzas
para empezar o continuar con nuestra jornada laboral.
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Hola,
ResponderEliminarPues antes de nada deciros que me gusta mucho el blog, que está bien hecho.
Quería añadir que el proceso de recuperación del estrés varía en función de las circunstancias de cada persona. Por ejemplo, una persona que realice un gran esfuerzo mental en el trabajo puede que no le ayude aprender un idioma en los ratos libres. También puede que sí. Pero probablemente le venga mejor algo como pasear al aire libre o realizar una actividad donde no haya ningún esfuerzo mental.
Por otro lado, a alguien que realice grandes esfuerzos físicos en el trabajo es más probable que no le ayude practicar deporte. Pues probablemente le venga mejor algo donde no haya esfuerzo físico.
Del mismo modo que no todos reaccionamos igual ante el estrés, no todos recuperamos igual del estrés. Cada uno tiene que ir probando y ver lo que le hace sentir mejor o peor. En realidad, no basta con seguir los consejos que nos dé el médico, o que leamos en un libro de auto-ayuda, sino que hay que aprender a conocerse cada uno.
Como ejemplo de conocerse a uno mismo voy a decir algo que me ocurre a mí. A menudo se dice que hacer deporte es sano. Esto es completamente cierto. Sin embargo, yo me lesiono fácilmente las rodillas, he tenido ya varias tendiditis. Así cuando practico deporte, evito los deporte donde hay impacto en las rodillas: correr, saltar, tenis, etc. Y practico aquellos donde no hay impacto en las rodillas: marcha, natación, etc. Del mismo modo, al hacer musculación evito forzar en los ejercicios de piernas.
Otro ejemplo en el que se ve que cada uno recupera de forma distinta del estrés es el siguiente. Tengo varios amigos que son ingenieros informáticos. Hay uno de ellos que dice que en sus ratos libres disfruta como un niño creando sus propios programas. Otros, en cambio, dicen que en sus ratos libres no tocan el ordenador porque les recuerda al trabajo.
Espero que esto sirva de algo a las personas que sufren estrés o ansiedad.