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lunes, 13 de febrero de 2023

Distanciarse sin alejarse

Tan cerca y tan lejos

    Son las 20:30h de la tarde y estás cerrando la maleta. Apenas has tenido tiempo para pensarlo, pero mañana temprano coges un tren que te llevará a la ciudad en la que te tocará vivir, como mínimo, los dos años que dura el máster que elegiste hacer. Ahora, y tras echar el último vistazo, compruebas que definitivamente no te dejas nada: por fin puedes sentarte. –Y… ¿ahora qué?– te preguntas con incertidumbre.
    
    Por estudios, por trabajo o por la mezcla de estas y otras razones es cada vez más común que una persona tenga que emigrar a un lugar distinto del que nació y creció. Algunas veces su partida tiene fecha de vuelta; otras sin embargo se marcha por mucho tiempo. Comenzar una nueva etapa no es sencillo, pero si además le añadimos el hecho de hacerlo en un lugar totalmente desconocido la cosa se complica considerablemente.

 ¿Y ahora qué?

    Como ocurre en la mayoría de casos no hay una manera correcta de afrontar un momento vital como este. El cómo te sentirás, el tiempo que tardarás en sentir que estás del todo adaptado y lo que eches de menos tu anterior rutina dependerá de una amplia cantidad de factores que van desde las personas que se quedan en el lugar del que te vas hasta la facilidad que tengas para mantener el contacto con estas personas o la cantidad de vínculos que logres establecer en tu nuevo destino.

¿Es malo sentirme triste?

    La inercia del traslado y del comienzo de etapa pueden conllevar a sentir muchas cosas en muy poco tiempo. Lo importante en este caso es saber que es completamente normal al principio sentir emociones totalmente contrarias (estando así un día muy contento y al siguiente muy triste o echando de menos nuestro lugar de origen). Puede, incluso, que al principio sintamos que no añoramos prácticamente nada nuestra anterior vida y con el paso de los meses nos vayamos acordando más de ella. Cuando esto último ocurre es importante saber que puede deberse a que los primeros meses estamos ocupados organizando todo lo relativo al traslado a la vez que exploramos nuevas rutinas que nos impiden dedicar demasiado tiempo a pensar en otras cosas. Una vez estabilizados el tiempo para pensar puede ser mayor y por ende es más probable que recordemos con más facilidad momentos de nuestra anterior rutina (en especial momentos muy particulares como acordarse un domingo a las 18h de que cuando vivías en la anterior ciudad te tomabas un café con tus amigos o pareja).

¿Puedo hacer algo para estar lo mejor posible?

    Una buena rutina, conseguir establecer vínculos con las personas del nuevo lugar de origen y mantener contacto con aquellas personas con las que siempre has hablado pueden ayudarte mucho:
  • Una buena rutina puede ayudarte a planificar los días y conocer mucho antes los tiempos (de trabajo, transporte u ocio) de los que dispones en este nuevo lugar. Conocerlos te ayudará, a su vez, a planificar actividades de ocio tanto en grupo como para ti (hablar con alguien, quedarte en casa haciendo algo o saliendo a conocer la ciudad)
  • Establecer contacto con las personas de lugar te ayudará, sin duda, a que te sea mucho más sencillo encontrar cosas que hacer durante los huecos que tendrás disponibles en la rutina que hemos mencionado más arrriba. Quedar con estas personas puede abrumar un poco al principio por el hecho de tener la sensación de no pertenecer a un grupo ya formado, pero es cuestión de entablar conversaciones poco a poco para reducir al máximo este sentimiento.
  • Mantener el contacto con las personas de siempre es, para algunas personas, igual de importante que las dos anteriores. En este sentido puede ser muy útil buscar huecos comunes entre nuestra rutina y la de aquellas personas con las que deseamos hablar pero que están lejos. Además ayuda, pese a no ser siempre posible, disponer de una fecha en la que os vayáis a poder ver en persona por un motivo u otro: esto puede servir como objetivo a corto/medio plazo en el que pensar cuando los días cuesten un poco más.
    Cómo venís o diciendo estas son unas pautas muy generales dirigidas a ofrecer un conocimiento general sobre lo que puede implicar un cambio de estas características. Si sientes que estos nuevos cambios te están costando más de lo que te gustaría siempre puedes hablar con nosotros para que podamos intentar ayudarte.

Daniel Gómez Sesmero - Terapeuta del CPA

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