Fotografía de: Nitin
Dhumal (con licencia Creative Commons)
¿Por qué son necesarias las vacaciones?
Nuestro ritmo de vida actual es
frenético, tanto si somos estudiantes como trabajadores/as. Tenemos numerosas
exigencias con las que cumplir y que hacen que a menudo nos sintamos
estresados. Si bien cierto nivel de estrés y de activación nos ayuda a hacer
frente a todas esas demandas, si éste se mantiene en el tiempo pueden aparecer
numerosas problemáticas tanto físicas como psicológicas.
Por ello, es necesario que
tengamos periodos de descanso que nos permitan desconectar de las
preocupaciones de nuestro día a día y dedicarnos a desarrollar actividades
placenteras sin tener que hacer frente a las presiones habituales.
No obstante, las vacaciones de
verano no siempre tienen la función arriba indicada, ya que es habitual que
surjan dificultades que nos impidan disfrutarlas al máximo. Por ello, es
importante que tengamos en cuenta una serie de consideraciones que nos permitan
aprovechar adecuadamente el periodo estival.
¿Qué puedo hacer para aprovechar las vacaciones?
1.
Piensa
en las vacaciones de una manera realista.
Solemos pasarnos el año deseando
la llegada del verano, lo que hace a que a veces pongamos unas expectativas
excesivamente elevadas en este periodo, y muchas veces éstas no se cumplen.
Para evitar sentirnos frustrado por ello, es esencial que tratemos de
establecer unas expectativas realistas, entendiendo que es normal que haya
momentos en los que nos aburramos, que haya conflictos o que no nos dé tiempo a
hacer todo lo que nos gustaría.
2.
Tómate
un par de días de descanso en casa.
Si te vas a ir a otro lugar de
vacaciones, es recomendable que disfrutes de un par de días de descanso en tu
casa antes de irte a tu nuevo destino. De esta forma el cambio será menos
brusco y tendrás tiempo para planificarte con tranquilidad, reduciéndose así
tus niveles de estrés.
3.
Planifícate,
¡pero sin pasarse!
Tanto planificarse en exceso como
no planificar nada puede ser contraproducente. En el primer caso podemos
sentirnos excesivamente estresados y frustrados si no logramos cumplir con
nuestra planificación. En el segundo, el hecho de no planificar nada puede
llevarnos a caer en situaciones rutinarias de aburrimiento y a que, en
consecuencia, no saquemos provecho del verano.
Por tanto, es importante que
planifiquemos algunas actividades que nos gustaría hacer, reservando momentos
para descansar, improvisar e integrar planes que nos puedan apetecer en ese
instante.
4.
Piensa
en qué te apetece hacer.
Seguro que durante el curso has
tenido en mente muchas actividades que te apetecía hacer pero que no has podido
llevar a cabo por falta de tiempo: leer un buen libro, decorar tu habitación,
hacer alguna manualidad, colaborar en algún proyecto social,… ¡Ahora es el momento! Ponte un objetivo y
aprovecha que tienes tiempo para lograrlo. Pero ten en cuenta lo que hemos
dicho más arriba: trata de no sobrecargarte ya que hacer más cosas no implica
necesariamente que disfrutes más.
Por otro lado, es posible que el
cuerpo te pida estar todo el día en el sofá descansando. Este plan está bien
para unos días, pero trata de buscar actividades más activas y motivantes que
te ayuden a desarrollarte personalmente. Al final del verano, sentirás que lo
has aprovechado más.
5.
Trata
de prevenir los conflictos.
Durante el periodo estival es
frecuente que pasemos más tiempo con nuestros seres queridos, algo que aumenta
la probabilidad de conflictos. En este sentido, es recomendable variar los
grupos con los que hacemos actividades e incluso disfrutar de tiempo a solas,
para evitar así “saturarnos” de determinadas personas.
¿Y cómo puedo afrontar la vuelta de las vacaciones?
Uno de los momentos más difíciles
de las vacaciones es el final de las mismas. A continuación te facilitamos una
serie de pautas para que la vuelta a la rutina sea lo más llevadera posible.
1.
Pasa
los últimos días de las vacaciones en tu ciudad y retoma progresivamente la
rutina.
De esta forma podrás
acostumbrarte a tu vida habitual en lugar de reincorporarte al trabajo sin
apenas haber tenido tiempo para instalarte. Aprovecha este tiempo para preparar
todo lo que vayas a necesitar para la vuelta a la rutina, de cara a evitar
imprevistos. Por último, es recomendable que vayas retomando tus hábitos
progresivamente (gimnasio, actividades extraescolares, etc.).
2.
Reactiva
tu despertador.
Durante las vacaciones solemos
dejar de lado nuestras rutinas de sueño: trasnochamos, nos levantamos tarde,...
Por ello, es conveniente que durante los últimos días de vacaciones trates de
retomar tu rutina de descanso, acostándote y despertándote en tu horario
habitual. De esta forma, el cambio será menos brusco y te costará menos.
3.
Ajusta
la carga de trabajo para que esta aumente progresivamente.
Aunque este paso no siempre está
en tus manos, es importante que en la medida de lo posible trates de que el
aumento del ritmo de trabajo sea progresivo. Intenta comenzar con objetivos
realistas para poder adaptarte al cambio de rutina adecuadamente y sin altos
niveles de estrés.
4.
Haz
un esfuerzo por buscar lo positivo.
Para terminar, creemos que un
ejercicio de gran utilidad es que pienses en qué aspectos positivos puede tener
la vuelta a la rutina, con el objetivo de que puedas potenciarlos. Asimismo,
puedes proponerte algún objetivo (realista) para perseguir este año y que te
motive en tu día a día.
Esperamos que estas pautas te
sean de utilidad y que puedas disfrutar lo máximo posible de tus merecidas
vacaciones.
Cristina Aristimuño de las Heras
– Terapeuta del CPA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario