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lunes, 4 de junio de 2018

Llega el verano: ¿y ahora qué? 9 estrategias para disfrutar de tus vacaciones al máximo

Fotografía de: Nitin Dhumal (con licencia Creative Commons)


¿Por qué son necesarias las vacaciones?

Nuestro ritmo de vida actual es frenético, tanto si somos estudiantes como trabajadores/as. Tenemos numerosas exigencias con las que cumplir y que hacen que a menudo nos sintamos estresados. Si bien cierto nivel de estrés y de activación nos ayuda a hacer frente a todas esas demandas, si éste se mantiene en el tiempo pueden aparecer numerosas problemáticas tanto físicas como psicológicas.
Por ello, es necesario que tengamos periodos de descanso que nos permitan desconectar de las preocupaciones de nuestro día a día y dedicarnos a desarrollar actividades placenteras sin tener que hacer frente a las presiones habituales.
No obstante, las vacaciones de verano no siempre tienen la función arriba indicada, ya que es habitual que surjan dificultades que nos impidan disfrutarlas al máximo. Por ello, es importante que tengamos en cuenta una serie de consideraciones que nos permitan aprovechar adecuadamente el periodo estival.

¿Qué puedo hacer para aprovechar las vacaciones?

1.               Piensa en las vacaciones de una manera realista.
Solemos pasarnos el año deseando la llegada del verano, lo que hace a que a veces pongamos unas expectativas excesivamente elevadas en este periodo, y muchas veces éstas no se cumplen. Para evitar sentirnos frustrado por ello, es esencial que tratemos de establecer unas expectativas realistas, entendiendo que es normal que haya momentos en los que nos aburramos, que haya conflictos o que no nos dé tiempo a hacer todo lo que nos gustaría.

2.               Tómate un par de días de descanso en casa.
Si te vas a ir a otro lugar de vacaciones, es recomendable que disfrutes de un par de días de descanso en tu casa antes de irte a tu nuevo destino. De esta forma el cambio será menos brusco y tendrás tiempo para planificarte con tranquilidad, reduciéndose así tus niveles de estrés.

3.               Planifícate, ¡pero sin pasarse!
Tanto planificarse en exceso como no planificar nada puede ser contraproducente. En el primer caso podemos sentirnos excesivamente estresados y frustrados si no logramos cumplir con nuestra planificación. En el segundo, el hecho de no planificar nada puede llevarnos a caer en situaciones rutinarias de aburrimiento y a que, en consecuencia, no saquemos provecho del verano.
Por tanto, es importante que planifiquemos algunas actividades que nos gustaría hacer, reservando momentos para descansar, improvisar e integrar planes que nos puedan apetecer en ese instante.

4.               Piensa en qué te apetece hacer.
Seguro que durante el curso has tenido en mente muchas actividades que te apetecía hacer pero que no has podido llevar a cabo por falta de tiempo: leer un buen libro, decorar tu habitación, hacer alguna manualidad, colaborar en algún proyecto social,…  ¡Ahora es el momento! Ponte un objetivo y aprovecha que tienes tiempo para lograrlo. Pero ten en cuenta lo que hemos dicho más arriba: trata de no sobrecargarte ya que hacer más cosas no implica necesariamente que disfrutes más.
Por otro lado, es posible que el cuerpo te pida estar todo el día en el sofá descansando. Este plan está bien para unos días, pero trata de buscar actividades más activas y motivantes que te ayuden a desarrollarte personalmente. Al final del verano, sentirás que lo has aprovechado más.

5.               Trata de prevenir los conflictos.
Durante el periodo estival es frecuente que pasemos más tiempo con nuestros seres queridos, algo que aumenta la probabilidad de conflictos. En este sentido, es recomendable variar los grupos con los que hacemos actividades e incluso disfrutar de tiempo a solas, para evitar así “saturarnos” de determinadas personas.

¿Y cómo puedo afrontar la vuelta de las vacaciones?

Uno de los momentos más difíciles de las vacaciones es el final de las mismas. A continuación te facilitamos una serie de pautas para que la vuelta a la rutina sea lo más llevadera posible.

1.               Pasa los últimos días de las vacaciones en tu ciudad y retoma progresivamente la rutina.
De esta forma podrás acostumbrarte a tu vida habitual en lugar de reincorporarte al trabajo sin apenas haber tenido tiempo para instalarte. Aprovecha este tiempo para preparar todo lo que vayas a necesitar para la vuelta a la rutina, de cara a evitar imprevistos. Por último, es recomendable que vayas retomando tus hábitos progresivamente (gimnasio, actividades extraescolares, etc.).

2.               Reactiva tu despertador.
Durante las vacaciones solemos dejar de lado nuestras rutinas de sueño: trasnochamos, nos levantamos tarde,... Por ello, es conveniente que durante los últimos días de vacaciones trates de retomar tu rutina de descanso, acostándote y despertándote en tu horario habitual. De esta forma, el cambio será menos brusco y te costará menos.

3.               Ajusta la carga de trabajo para que esta aumente progresivamente.
Aunque este paso no siempre está en tus manos, es importante que en la medida de lo posible trates de que el aumento del ritmo de trabajo sea progresivo. Intenta comenzar con objetivos realistas para poder adaptarte al cambio de rutina adecuadamente y sin altos niveles de estrés. 

4.               Haz un esfuerzo por buscar lo positivo.
Para terminar, creemos que un ejercicio de gran utilidad es que pienses en qué aspectos positivos puede tener la vuelta a la rutina, con el objetivo de que puedas potenciarlos. Asimismo, puedes proponerte algún objetivo (realista) para perseguir este año y que te motive en tu día a día.

Esperamos que estas pautas te sean de utilidad y que puedas disfrutar lo máximo posible de tus merecidas vacaciones.

Cristina Aristimuño de las Heras – Terapeuta del CPA.

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