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lunes, 5 de marzo de 2018

¿Eres de esas personas que creen tener “mala suerte”?, si es así esta entrada puede interesarte

¿Sabrías decir cuántas veces has escuchado que traen mala suerte las siguientes afirmaciones?

·        Romper un espejo.
·        Pasar por debajo de una escalera.
·        Tirar la sal.
·        Abrir el paraguas dentro de una casa.
·        Que un gato negro se cruce por tu camino.

Todas estas frases tienen un gran carga cultural y un importante efecto en cómo nos comportamos. Tanto es así, que la Fundación affinity que tiene como objetivo investigar, actuar y promover los beneficios de los animales de compañía en la sociedad, aporta datos recogidos de distintos estudios sobre el estigma al que se enfrentan los gatos negros a causa de la creencia en la mala suerte. De hecho, esto explica en parte, que el índice de adopción sea menor que el de los gatos de otro color y no sean tan apreciados.
El ejemplo anterior, aunque refleja una situación sin mucho sentido, es una de las consecuencias que tienen en nuestra cultura determinados mitos o leyendas populares. Vayamos un paso más allá.

¿Qué explica la superstición?
La superstición o mejor dicho la conducta supersticiosa, surge cuando un reforzador se produce contiguo a un comportamiento independiente. Así, si durante un examen que creo que me ha salido muy bien he elegido un bolígrafo concreto, puedo llegar a creer que ha sido el hecho de escribir con ese bolígrafo lo que ha favorecido que el examen haya ido bien. Esto puede dar pie a que coja ese bolígrafo en los próximos exámenes, quedando así justificada mi creencia.
Además, puede ocurrir que las personas tiendan a confirmar sus creencias prestando atención a los datos a favor de éstas y obviando los datos en contra, dando lugar al mantenimiento de las mismas. Por ejemplo, pasaremos por alto las veces que se nos cruzó un gato negro y no nos pasó nada desagradable, y recordaremos más las veces en las que se nos cruzó un gato negro y sí nos ocurrió algo malo.

 ¿Qué inconvenientes tiene la superstición?
Una de las principales consecuencias puede ser que la persona crea que tiene poca capacidad para cambiar algo o manejar una determinada situación, es decir, falta de control a la hora de gestionar un aspecto relevante para ella.
El hecho de asociar un determinado objeto o amuleto a determinadas situaciones puede dar lugar a que sintamos malestar si no lo tenemos, e incluso puede afectar a nuestro desempeño. Un ejemplo podría ser, aludiendo a lo mencionado anteriormente, no llevar encima nuestro “bolígrafo de la suerte” en un examen.
Además, la superstición puede conducir a la persona a creer que algo funciona sin tener pruebas de ello, ya que estas creencias hacen que asumamos determinados aspectos para los que no existe una explicación clara. Un ejemplo archiconocido por todos son los horóscopos.

¿Qué podemos poner en práctica para ganar control de lo que hacemos?
·        Lo primero es tener en cuenta que lo que mantiene las conductas supersticiosas son las creencias que tenemos sobre la mala suerte. Si en lugar de pensar “este bolígrafo va a hacer que pueda aprobar el examen”, me digo “tengo bien preparado el examen y esto puede hacer que apruebe”, he dado la vuelta a la situación tomando el control.
·        Pensar que algo no me ha ido bien porque “he tenido mala suerte” lleva a que en ocasiones no nos responsabilicemos de determinados hechos. Una alternativa podría ser centrarnos en lo que podemos hacer para resolver situaciones complicadas y en los recursos a poner en práctica.
·        Controlar los nervios o la activación antes de una situación importante para nosotros a través de técnicas de relajación o a través de lo que me digo a mí mismo, es más útil que dejarlo en manos de amuletos u objetos. En el primer caso tomo yo el control, mientras que en el segundo dependo de que ese objeto esté o no.

Quizás esta entrada pueda ayudarnos a ver a los gatos negros con otros ojos a partir de ahora;  o, mejor dicho, a valorarlos con el respeto y cariño que se merecen.


Fotografía: Emily Hopper, con licencia Creative Commons

Elena Ballesteros – Terapeuta del CPA

Referencias Bibliográficas:

Mieres, H. G., González, N. G., y González, A. F. (2016). La medición de la superstición y su relación con el locus de control. RIDPSICLO1(2), 9.

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