Los celos se definen como
una emoción compleja, formada por el miedo, la tristeza, la rabia y la
autocrítica, que surge como consecuencia del temor del niño a perder el afecto
de sus padres. Son diversas las situaciones que pueden ocasionar que el
menor experimente dicha emoción; entre ellas, el nacimiento de un hermano. Mientras que para los progenitores la llegada de un nuevo miembro
a la familia es motivo de júbilo, dicho acontecimiento puede convertirse en una
fuente de malestar para el menor y ocasionar que viva este episodio con tristeza,
desasosiego e, incluso, sensación de abandono.
Son diversas las
estrategias que los padres pueden poner en marcha con el propósito de prevenir la aparición de los celos y fomentar que el menor aprenda a compartir
el afecto y la atención de los padres con su hermano. Algunas de ellas son
las siguientes:
DURANTE
EL EMBARAZO
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- Informar
al menor de la llegada de un nuevo hermano desde el inicio del embarazo.
- Mantener
sus rutinas y hábitos (horario para dormir, aseo y comida).
-
En el caso de que el niño deba cambiar de
habitación, anticipar dicha circunstancia con cierta antelación, con el
propósito de que no asocie el cambio de habitación con la llegada del bebé y
se sienta desplazado.
-
Hacerle partícipe de los preparativos para la
llegada del nuevo hermano (por ejemplo, dejarle opinar sobre la nueva
habitación, ayudar en el montaje de la cuna, elegir su ropa, etc.).
-
Ajustar las expectativas que el menor ha
creado acerca del bebé: hablarle de cómo era él cuando era un bebé e,
incluso, mostrarle fotos y objetos que le pertenecieron, con el propósito de
evitar comentarios del tipo “Es muy feo”,
“No sabe jugar conmigo” o “Sólo sabe llorar” cuando el nuevo
miembro llegue a casa, verbalizaciones que constituyen una prueba evidente
del rechazo hacia su hermano porque no cumple con sus expectativas.
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DURANTE
LA ESTANCIA HOSPITALARIA
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-
Preparar con antelación con quién se quedará
el menor el día del parto e informarle al respecto.
-
Es recomendable que el niño acuda a visitar a
su hermano al hospital. Si no es posible, procurar la comunicación telefónica
entre la madre y el menor.
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CONVIVENCIA
DIARIA
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-
Mostrar afecto y atención al menor de manera
frecuente para que perciba que es querido.
-
Reconocer el comportamiento celoso como una
reacción natural.
-
Hacer caso omiso de los comportamientos inadecuados
manifestados por el niño. Entre dichas conductas destacan desobedecer a los
padres, mostrarse inquieto cuando se está atendiendo a su hermano, incordiar deliberadamente al bebé
(despertarle de su sueño, quitarle el chupete, etc.) o mostrarse agresivo
(insultar, golpear e, incluso, agredir físicamente).
-
Reforzar su estatus de hermano mayor,
responsabilizándole del cumplimiento de tareas simples relacionadas con el bebé
como, por ejemplo, comprobar si duerme o está despierto, si hace frío o calor
en la habitación, etc.
-
Hablar con él acerca de cómo le ha afectado la
llegada del bebé y educarle en el control de sus emociones (aprender a
tolerar la frustración, responder ante situaciones ansiógenas de manera adecuada,
etc.).
-
Evitar comentarios del tipo “¡Cuidado con tu hermano!” ante los
intentos de aproximación del menor al recién nacido, los cuales favorecen que
refuerce su idea de que “su hermano es más valioso que él”.
-
Evitar en presencia del menor temas de
conversación que se centren exclusivamente en el bebé.
|
En
definitiva, los comportamientos celosos son reacciones naturales propias de la
edad, las cuales contribuyen a la maduración e independencia de los menores. A
la hora de intervenir sobre dicha problemática, el afecto, la atención y la
seguridad proporcionadas por los progenitores resultan fundamentales, además de
la aplicación de las estrategias adecuadas. Esto permitirá que los celos
iniciales vayan remitiendo progresivamente, dando paso a una relación saludable
entre hermanos entre cuyas características fundamentales destaca el respeto
mutuo. Aun así, si una vez transcurrido un intervalo de tiempo razonable, estos
comportamientos no desaparecen, es conveniente recurrir a la ayuda de un
profesional. ¡En el CPA podemos ayudarte!
Fotografía: Diego Mena, con licencia Creative Commons
Por
último, y como de costumbre, nos gustaría saber vuestra opinión al respecto: ¿En
alguna ocasión habéis empleado alguna de estas estrategias ante determinados
comportamientos celosos de vuestros hijos? ¿Han resultado eficaces? ¡Os
esperamos en los comentarios!
Irene Álvarez Ossorio – Terapeuta del CPA
Referencias bibliográficas:
-
De Santiago, F. J. y García, M. (1998). Los
celos infantiles. Revista Padres y
Maestros, 234, 10-13.
-
Hidalgo, E. (2010). Los celos infantiles. Revista Enfoques educativos, 55,
168-177.
-
Recuero, R. y Bonet de Luna, C. (2005). Los
celos infantiles. Revista Pediatría de
Atención Primaria (7), 27, 53-61.
Me parece un tema muy interesante del que apenas hay información.
ResponderEliminar¡Buena elección!
Hola, dejo por aquí una alternativa por si os interesa. Es un cuento en el que se dice adiós al chupete a través de valores como la empatía, la superación al apego… http://loscuentosdepanapa.blogspot.com.es/2015/01/el-hada-de-los-chupes.html ¡Suerte!
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