Menos
momentos de los que nos gustaría dedicamos a sentarnos y ver si la dirección en
la que caminamos es la dirección que queremos tomar. Muchas veces nos dejamos
llevar y, de repente, nos encontramos ansiosos, aburridos, miedosos, enfadados,
porque, el lugar al que hemos llegado, no era el destino al que queríamos
llegar. También puede pasar que elijamos un camino por ser el que más nos llena,
y que por alguna razón, las circunstancias que nos rodeen cambien, y tengamos
que decidir qué valoramos más en base a la nueva situación. Puede ocurrir que
hayamos elegido un camino, nos haga felices, pero no sepamos cómo continuar. Es
satisfactorio, por otro lado, comprobar que caminamos en la dirección que hemos
elegido, y que trabajamos en aquello que nos importa día a día.
Fotografía libre de derechos |
A continuación, te presentamos
algunas áreas valiosas para muchas personas, y te proponemos lo siguiente: atreverte a realizar el cambio en dirección a aquello que te
puede hacer más feliz. No todas las áreas tienen que tener el mismo valor para
ti, incluso puede ser que algunas no sean valiosas. No hace falta que
reflexiones sobre todas ellas. Céntrate en aquellas que más te importen.
Primero:
¿qué ámbitos de la vida son más valiosos para ti?
Te proponemos
pensar y comparar cómo te encuentras en cada uno de ellos, y en qué medida
discrepa tu actuación actual de lo que te gustaría ser o hacer en el ámbito que
te importa:
- Matrimonio/pareja/relaciones íntimas: piensa en el tipo de persona que te gustaría ser en una relación íntima y la clase de relación que te gustaría tener. Focalízate en tu papel dentro de esa relación.
- Relaciones familiares: recapacita acerca del tipo de hijo/a, hermano/a, padre/madre que te gustaría ser, las cualidades que te gustaría tener en esas relaciones, como tratarías a esas personas teniendo la relación ideal.
- Amistades/relaciones sociales: medita acerca de qué significa para ti ser un buen amigo y qué cualidades debieras tener para serlo.
- Empleo: cavila qué tipo de trabajo te gustaría desempeñar (puede ser muy específico o más general), después piensa en por qué te gustaría desempeñar ese trabajo, dónde lo quieres desempeñar y cómo te gustaría que fueran las relaciones con tus empleados o compañeros.
- Educación/formación: medita acerca del tipo de educación que quieres recibir, formal o informal, o si prefieres una formación especializada. Piensa acerca de por qué esa clase de educación o formación te atrae.
- Bienestar físico/salud: piensa en lo que significa para ti mantener tu bienestar físico. Piensa en temas relacionados con la salud como el sueño, la dieta, el ejercicio... Recapacita si estás actuando en dirección a lo que deseas respecto a tu bienestar físico y psicológico.
- Diversión: medita acerca del tipo de vida recreativa que te gustaría tener (pasatiempos, deportes, actividades de ocio).
- Espiritualidad: delibera qué significa este ámbito para ti. Puede ir desde algo menos formal como el compromiso con la naturaleza, a algo más formal como participar en un grupo religioso organizado. Si es un área importante para ti, piensa en cómo te gustaría ser y actuar en este ámbito.
- Ciudadanía: cavila si quieres prestar algún servicio a la comunidad (voluntariado, grupo de presión ciudadana, compromiso con la naturaleza, grupos de ayuda…) y si esto es algo importante para ti, piensa en qué te atrae más y en qué dirección te gustaría trabajar en este ámbito.
Segundo:
¿existe mucha discrepancia entre lo que haces actualmente en ese ámbito y lo
que deseas hacer? ¿Qué puedes hacer para actuar en la dirección valiosa?
Si lo que estás
haciendo actualmente en los ámbitos que más te importan, se aleja de lo que te
gustaría, es momento de pensar un plan de acción para redirigirte a aquello que
tiene más valor para ti. Para ello, piensa
en objetivos concretos que puedas realizar en el día a día. Si estos
objetivos implican cambios importantes en tu vida, ponte objetivos pequeños y fáciles
de alcanzar para facilitar el proceso de cambio y aumentar tu motivación con la
consecución de esos pequeños éxitos. Convierte los objetivos en actos que
puedas tachar en una lista.
Tercero:
¿qué te impide caminar en dirección a lo que más te importa? ¿Qué barreras te
impiden continuar?
Fotografía de uPeKsHaMaTi, con licencia Creative Commons |
Observa tu
pensamiento respecto al cambio. Identifica
aquellos pensamientos que se oponen al cambio de manera irracional.
Recuerda que tienes derecho: a ser
tu propio juez; a cambiar de opinión; a decidir qué es mejor para ti; a elegir
si dar o no explicaciones; a no necesitar la aprobación de los demás; a cometer
errores.
Es verdad que, ante
una situación de cambio, por cualquier razón, lo más difícil es luchar contra las dudas y el miedo.
Éstos, muchas veces, nos paralizan y no nos permiten comprobar que no pasa nada
por intentarlo, o no nos permiten descubrir que ya tenemos herramientas para
afrontarlos. Para romper con la ambivalencia, la duda o el miedo…
Cuarto:
¡sal y hazlo!
Algunas veces te costará más, y otras menos. Estas experiencias forman parte
del camino hacia aquello que nos importa. Aprende de los errores y celebra los
éxitos. Recuerda que siempre puedes hacer un alto en el camino, revisar tu hoja
de ruta, y recalcular si te estás alejando de lo que más te importa. Tampoco olvides
que existen muchos caminos para llegar a un mismo destino. Aprovecha las
oportunidades, prueba caminos diferentes, disfruta caminando, y aprende de cada
paso.
Amanda López Ibáñez, terapeuta del CPA
- Wilson, K.G. y Luciano, M.C. (2002). Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Un tratamiento Conductual orientado a los valores. Madrid: Pirámide.
- Roca Villanueva, E. (2003). Cómo mejorar tus habilidades sociales. Valencia: ACDE Ediciones.
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