El verano lo asociamos al disfrute, parece que todo el mundo está de mejor humor, hace buen tiempo y tomamos las vacaciones como el momento más deseado del año.
Sin embargo, ésta no es la experiencia real para algunas personas que ven decaer su estado de ánimo en este periodo estacional. Es importante identificar qué es aquello que nos afecta y qué podemos hacer para disfrutar lo mejor posible de nuestros días de vacaciones.
Ian A. Cook, director del Programa de Investigación para la Depresión de la UCLA, enumera cinco causas de la depresión de verano:
1. Trastorno afectivo estacional
Este trastorno se caracteriza por un estado de ánimo dependiente del clima. Por lo general el estado deprimido aumenta según los días se hacen más cortos y fríos. Sin embargo, identifican que en el 10% de las personas sucede a la inversa y el inicio del verano desencadena sus síntomas de depresión. Coincide con algunos estudios encontrados en países cercanos al ecuador, como la India. Nos identifiquemos o no con este trastorno, lo que parece claro es que el clima puede afectarnos más de lo que creemos y por ello es necesario poner estrategias en marcha para contrarrestarlo.
2. Falta de rutinas
Si ha tenido depresión antes, probablemente sabe que el tener una rutina estable es a menudo la clave para hacer frente a los síntomas. Sin embargo, durante el verano, la rutina desaparece y la propia interrupción puede ser estresante. Las vacaciones pueden interrumpir su trabajo, el sueño y los hábitos alimenticios, los cuales todos pueden contribuir a la depresión de verano.
3. Problemas de imagen corporal
Como la temperatura sube y nuestra ropa es más ligera, muchas personas se sienten terriblemente conscientes de su cuerpo. Los sentimientos de vergüenza por ir en pantalón corto o en biquini pueden dificultar las cosas. Dado que muchos encuentros en verano giran en torno a las playas y piscinas, algunas personas empiezan a evitar situaciones sociales por vergüenza.
4. Preocupaciones económicas
En el verano se incrementan los gastos al aumentar nuestro tiempo libre y el ocio, es momento de vacaciones y de encuentros o salidas frecuentes con familiares y amigos. Si tenemos dificultades para permitírnoslo puede ser una preocupación, mayor aún si contamos con hijos. Si creemos que estamos gastando demasiado también nos quitará el sueño.
5. Calor excesivo
Muchas personas disfrutan del calor sofocante. Les encanta tumbarse en la playa durante todo el día. Pero para la gente que no lo hace, el calor del verano puede llegar a ser verdaderamente molesto. Esto puede llevarle a disminuir sus salidas, a empeorar su sueño o a dedicar menos tiempo a cocinar alimentos saludables. Cualquiera de estas cosas puede contribuir a un bajo estado de ánimo.
¿Qué podemos hacer?
1. Tener un horario
Al igual que durante el resto del año es recomendable que fijemos algunos horarios y algunas tareas que nos gustaría realizar durante el verano. El ocio hay que programarlo, aunque también dejemos tiempo para la improvisación. “Voy a ser capaz de trabajar de 8 a 3 los lunes, miércoles y viernes. Voy a nadar por la mañana en estos días…”.
2. Planear algo divertido
No tiene por qué ser caro. Algo tan simple como tomar un día libre del trabajo para almorzar con un amigo o relajarse con una novela en su casa puede ser un buen incentivo. Un buen consejo cuando baja el estado de ánimo es planear algo agradable cada pocas semanas para mantenerse motivado para seguir adelante. Algo que nos dé una dosis periódica de alegría.
3. Dormir
Es importante mantener una buena higiene del sueño en el verano. Es decir, a pesar de que los acontecimientos del día cambian de semana a semana, asegúrese de mantener el horario de sueño de la misma: ir a la cama a la misma hora cada noche, despertarse a la misma hora todas las mañanas, y no dormir mucho menos de 7 horas y no más de 9 horas por noche. Cuando se está deprimido, es común querer dormir todo lo que pueda, para matar las horas. Sin embargo, dormir un poco más aumenta la depresión.
4. Ejercicio
Durante los meses de verano, es fácil abandonar cualquier programa de ejercicios. Así que antes de que el calor impida que sigamos realizando la rutina de ejercicio que teníamos, podemos diseñar un plan que nos permita seguir llevándolo a cabo. Correr temprano en la mañana durante el verano, tratar de nadar con más frecuencia…
5. Rodearse de gente
Por muy tentador que sea aislarse durante el verano, forzarse a estar cerca de la gente, incluso aunque no se participe activamente en la conversación, ayudará a mejorar el estado de ánimo y, sobre todo, a distanciarse de sus preocupaciones. Si no quieres salir de casa por no separarte del aire acondicionado, por lo menos haz una llamada a alguna persona, un hermano, amigo o compañero de trabajo, para mantenerte conectado con el mundo.
Artículo de Tatiana Fernández Marcos (Terapeuta del CPA)
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