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lunes, 28 de noviembre de 2022

Mitos de las agresiones sexuales: Cuando las víctimas son tratadas como culpables

El 25 de noviembre fue el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Dentro de las muchas violencias que sufren las mujeres en su día a día una de las más invisibilizadas es la violencia sexual. En España, un 13, 7% de las mujeres afirman haber sufrido violencia sexual a lo largo de su vida (Delegación del Gobierno, 2019). Según la última encuesta de violencia de género en España, “El 84,1% de las víctimas de violencia sexual y el 67,2% de las mujeres que han sufrido una violación no han buscado ayuda formal tras lo sucedido” (Delegación del Gobierno, 2019).

Muchas víctimas relatan lo difícil que es para ellas hablar de su experiencia y del rechazo que sienten en ocasiones por parte de su entorno y de la sociedad en su conjunto. En este sentido, muchos autores plantean que, en culturas como la española, existe la denominada “cultura de la violación”, una serie de creencias y actitudes que crean un contexto más permisivo con este tipo de conductas. Dentro de esta cultura tienen especial importancia la aceptación de una serie de mitos acerca de las violaciones, los cuales engloban creencias falsas sobre la violación, sobre las víctimas y los violadores, y que favorecen la creación de un clima hostil hacia las víctimas. Las personas que tienen más interiorizados estos mitos tienen más probabilidades de culpabilizar a la persona que ha sufrido una violación cuanto más se aleja la agresión sexual del “prototipo” de agresión (víctima agredida en un callejón oscuro por un desconocido), siendo también más probable que no quieran prestarle apoyo. 


Imagen de Freepik

        Algunos de los mitos más habituales a los que nos referimos son los siguientes:

·    Ella miente. Insinuaciones de que la víctima tiene otros motivos para denunciar a su agresor, como, por ejemplo, un cambio de opinión en el consentimiento de la relación sexual, una venganza, etc., o de que su testimonio no es creíble.

·     Ella “se lo buscó”. Se da a entender que la víctima realizó acciones que la culpabilizan de la violación, como coquetear, ingerir cualquier tipo de droga o irse con el agresor voluntariamente, entre otras.

·    La violación es algo trivial: referencias a la poca gravedad del daño infligido a la víctima, mencionándose, por ejemplo, que la víctima siguió con su vida, que se exageran las consecuencias o que no hubo denuncia.

·    Él no quería hacerlo. Cuando se trata de excusar la conducta del agresor, aludiendo, por ejemplo, a que consumió algún tipo de droga, a que se debe a necesidad biológica o a que no se percató de la resistencia de la chica.

·    No es el tipo de tío que haría eso. Mensajes que refuercen la idea de que los violadores son psicópatas o depravados sexuales y que los hombres de clase media no cometen agresiones sexuales.

·   Solo le pasa a ciertas mujeres. Creencias asociadas a que eso solo ocurre a mujeres con determinadas características como promiscuidad, fiesteras o con “mala reputación”, por ejemplo.

       Estos mitos se mantienen en el imaginario social e influyen en la visión que tenemos de las víctimas cuando estas cuentan sus historias. Esto genera la siguiente pregunta: “¿por qué se mantienen estas ideas?”. Algunas posibles explicaciones son las siguientes:

·      Reducir la incertidumbre y aumentar el control percibido de las personas sobre situaciones que son peligrosas: Si creo que hay un perfil de víctima de agresiones sexuales y un perfil de agresor, puedo sentirme menos vulnerable a poder ser víctima de estas conductas.

·      Mantener creencias sobre el mundo. Esta creencia va muy unida a la anterior. En este sentido, existe la “teoría del mundo justo”, la creencia de que el mundo es un lugar en el que todo el mundo consigue lo que se merece. El hecho de que haya mujeres que sean agredidas sexualmente iría en contra de esta idea de “un mundo justo”, por lo que aparecen ideas para justificar este hecho (ella se lo buscó, se lo ha inventado, el chico que lo ha hecho es un monstruo...), para mantener así esta visión del mundo.

·    Mantener roles de género y estereotipos. Las mujeres que son más criticadas y culpadas por haber sufrido una agresión sexual son aquellas que se salen de la idea de mujer que proponen los roles de género tradicionales, es decir, aquellas que no tienen un rol pasivo.

        Frente a estos mitos, es importante que nos planteemos estas ideas:

·  La mayor parte de agresores sexuales son conocidos de las víctimas (amigos, parejas o familiares).

·      Dar un beso, irse a un lugar apartado..., no justifica que se consienta todo lo que ocurra después. El consentimiento es específico, se puede consentir una cosa y no otra y reversible, siempre se puede cambiar de opinión.  Además, ante la ausencia de un “sí” entusiasta, tenemos que asumir un “no”.

·       Si tenemos dudas de cómo está siendo nuestra reacción, cambiemos el crimen: en vez de pensar que estamos hablando de una agresión sexual, pensemos que es un atraco; ¿preguntarías a la víctima cómo era su cartera? ¿Considerarías que el ladrón no ha cometido un atraco porque iba demasiado borracho?

·     Las reacciones que tenemos ante cualquier evento son fruto de nuestra historia de aprendizaje. Por ello, dos víctimas no reaccionarán igual ante una agresión sexual. Puede que haya síntomas que sean comunes, pero estos difieren mucho de una víctima a otra y, por tanto, es imposible que podamos juzgar si una persona ha sufrido o no una agresión sexual en función de cómo esté después de la misma. 

En resumen, como sociedad tenemos que estar pendientes de estos mitos que están tan arraigados y cómo nos influyen, para comenzar a crear redes de apoyo que favorezcan que las víctimas se sientan cómodas si deciden hablar de lo sucedido.

Ariadna Sánchez Cabrera - Terapeuta del CPA


Referencias

  • Burt, M. R. (1980). Cultural myths and supports for rape. Journal of Personality and Social Psychology, 38(2), 217-230. doi: 10.1037/0022-3514.38.2.217
  • Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. (2019). Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019. Recuperado de: https://bit.ly/3g4HPKI
  • Trottier, D., Benbouriche, M., Bonneville, V., y Noorishad, P.G. (2020). Adhésionauxmythes du viol et perpétration de coercitionsexuellechez les étudiants et étudiantesuniversitaires: Une revuesystématique de la littérature, Canadian Psychology/Psychologiecanadienne, 1-19. doi: 10.1037/cap0000227
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