Empecemos con un caso hipotético: W. es una estudiante universitaria que no se siente bien últimamente. Los fines de semana sus amigos/as proponen quedar e ir a tomar algo, pero W. dice que no puede, ya que cree que va a perder el tiempo y esto le agobia mucho. Considera que tiene muchas tareas pendientes, por lo que suele pasar un número elevado de horas semanales trabajando, y no suele permitirse el descanso.
Algunas personas viven bajo la presión constante de
tener que hacer cosas “productivas”, ya sea estudiar, trabajar, hacer las
tareas domésticas, etc., por lo que dedican a estas cuestiones “productivas” la
mayor parte de su tiempo, y dejan de lado en gran medida el ocio, el descanso, el
cuidado personal, etc. Estas personas suelen mantener la idea de que no dedicar
el tiempo a “producir” es “perder el tiempo”, algo que les lleva a sentir mucho
malestar. Si se encuentran descansando piensan con frecuencia en todo lo que
les queda por hacer y anticipan situaciones como no llegar a las entregas,
suspender los exámenes, ser despedidos/as, etc. Para calmar el malestar que esto
les hace sentir, dedican gran parte de su tiempo al trabajo, evitando los
planes de ocio y descanso. No tener tiempo para el descanso favorece que se
sientan agotados o en tensión constante, y dejar de hacer cosas con las que
disfrutan suele llevar a la tristeza o apatía. Al hacer caso a su necesidad de
“ser productivos”, favorecen que a largo plazo su malestar se mantenga o se
intensifique, y con mayor probabilidad puede verse empeorado su rendimiento
laboral o académico, pues no somos máquinas diseñadas para estar trabajando 16h
al día, 7 días a la semana.
Entendemos que cada persona es un mundo, y que algunas, por las características de sus circunstancias o de su trabajo, tienen que dedicar muchas horas al mismo, pero si consideras que podrías flexibilizar tus horarios este post es para ti.
Para resolver esto, podemos plantearnos: ¿qué
significa ser productivo/a? Por “ser productivos/as” solemos entender el
dedicar tiempo a las obligaciones: trabajo, estudio y tareas domésticas. Pero
¿hay asuntos valiosos para nosotros/as a los que dedicar también nuestro
tiempo? Incluso si eres autónomo/a, ¿merece la pena trabajar todo el tiempo sin
poder disfrutar de los frutos del esfuerzo?, ¿son solo estas cosas las que tienen
valor para ti? Conviene tener también en cuenta los costes de esta
“productividad”. ¿Qué estás dejando de lado al dedicar gran parte de tus
esfuerzos al trabajo?
Para cada uno/a de nosotros/as puede haber distintos aspectos
valiosos en nuestra vida, por lo que siéntete libre de hacerte las siguientes
preguntas en función de lo que para ti es importante: ¿leer un buen libro es
algo improductivo?, ¿ver un clásico de cine es perder el tiempo?, ¿lo es contemplar
una obra de arte o la naturaleza misma? Quizás al hacer alguna de las
anteriores actividades realmente estemos aprendiendo sobre temas que nos
interesan. ¿Aprender de historias que otros han vivido o narrado es perder el
tiempo?, ¿cuánto vale conocer sobre el mundo en el que vives y poder
contemplarlo?
¿Dedicar tiempo a tus seres queridos es perder el
tiempo? Salir con amigos/as no solo es ir a tomar unos refrigerios, también es
compartir experiencias, cuidar a la otra persona, crecer como personas en
compañía, aportar a tu comunidad…
¿Cuidar tu propia salud es perder el tiempo? Las
personas no solemos funcionar satisfactoriamente en el estudio o trabajo cuando
nos encontramos mal psicológica y físicamente, ya que nuestro rendimiento y
concentración pueden decaer. Incluso estar tumbado/a, echarse una siesta o
desconectar durante un momento puede ser descansar, lo cual puede ser ventajoso
para tu propia salud y posterior desempeño.
Podría ser beneficioso que dedicases un momento a
plantear tus prioridades, aquello que para ti es valioso e importante, aquello
que te merece la pena vivir. Coge un papel y bolígrafo, anota todas las cosas
que te apetece hacer, aquellas que crees que son valiosas, las que has dejado
de lado, las que querrías hacer más o cosas nuevas que quieras descubrir. Con
tu agenda en mano, limita las horas diarias que vas a dedicar al trabajo en la
medida de tus posibilidades y comienza a dejar espacio también para las
actividades de la lista anterior.
Desafortunadamente no todos/as podemos gozar del mismo
tiempo de descanso y disfrute, pero la intención es, en la medida de lo
posible, intentar cuidar los distintos ámbitos de nuestra vida, no solo el profesional.
Cuando estés dedicando tu tiempo a estas actividades importantes para ti y venga a tu cabeza la idea de que estás perdiendo el tiempo recuerda esta lectura y dite a ti mismo/a que no vas a ser un/a jefe/a tiránico/a.
Santiago Martín Asencio - Terapeuta CPA
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