Los tiempos han cambiado, y con
ello la forma en la que conocemos gente. Las aplicaciones móviles parece que
han venido para quedarse y actualmente es una de las formas más comunes de
conocer nuevas personas. Ahora bien, quedar por primera vez con alguien que no
conoces implica desplegar una serie de habilidades que en muchos casos pueden
costarnos. Si tu objetivo es poder tener una primera cita con alguna persona
que te interesa, veamos como solventar algunas de las dificultades más comunes:
1. Tener una ansiedad elevada.
Algo muy común en las primeras
citas es experimentar bastante malestar a nivel físico (p. ej., dolor de tripa,
sudor excesivo, ponerse rojo, etc.). Si a pesar de ello acudes a la cita,
¡enhorabuena!, ese malestar es probable que vaya descendiendo poco a poco.
Resulta que la ansiedad es algo que no puede mantenerse elevada durante mucho
tiempo continuado. Si esperamos a que se pase sin huir de la situación haremos
que poco a poco la situación nos vaya generando cada vez menos malestar. Por
otro lado, puedes utilizar algunas técnicas de disminución del malestar físico
que te ayuden a afrontar estas situaciones, como la respiración diafragmática.
2. Esperar lo peor (o lo
mejor).
Revisa las expectativas que has
generado sobre el encuentro y fija un objetivo realista y positivo. Un objetivo
factible puede ser “disfrutar tomando un café con la persona” o “aprender algo
nuevo”. Si generamos expectativas positivas y muy altas es posible que nos
decepcionemos. Por otro lado, esperar lo peor y anticipar situaciones concretas
promueve que nos sintamos nerviosos y que experimentemos malestar antes y
durante la cita. Cuidado con el discurso interno que puedes mantener durante la
quedada porque puede acabar convirtiéndose en una profecía autocumplida. Si me
digo que todo va a ir mal, que me voy a aburrir, etc. puedo interpretar
diversas claves del contexto de forma que confirmen mis hipótesis y a la vez,
este tipo de discurso me impedirá centrarme en la conversación y promover una
interacción agradable.
3. ¿Pero de qué vamos a
hablar?
La mejor clave para saber de qué
hablar es centrarnos en lo que nos están contando. Tenemos que escuchar para
saber cómo continuar la conversación. Además, existen diversas maneras de
iniciar conversaciones, vamos a ver las tres formas básicas:
- Hacer una pregunta: “¿Te gusta ir a festivales?”
- Dar una opinión: “Uno de mis autores favoritos es Juan José Millás”
- Señalar un hecho: “Este sitio es muy agradable, me encanta la música de fondo”.
¿Pero qué ocurre si hay algún silencio? Pues no pasa nada, los silencios forman parte de las conversaciones y no hay por qué temerlos. Lo peor no son los silencios en sí, sino como los interpretamos nosotros mismos. Aun así, un silencio interminable no es algo deseable por lo que podemos aprovechar para comentar algo que está ocurriendo en el ambiente (la música, la mesa de al lado, la comida, lo que estamos bebiendo, etc.), y a partir de ahí sacar más conversación. Igualmente, lo común es empezar con un nivel de conversación más superficial e ir profundizando según vamos conociendo a la persona. Un esquema general puede ser el siguiente:
Frases hechas à Hechos (donde trabajas, intereses, gustos) à Opiniones à Sentimientos.
4.
Un cumplido es una felicitación
que damos a una persona porque nos gusta algo que ha hecho, dicho o que es
propio de la persona. Hacer cumplidos ayuda a construir relaciones sociales
positivas. Pero ojo, hay diversas cuestiones a tener en cuenta como que sea
cierto, que se dé en un momento adecuado y normalmente que se dé en privado.
Igualmente, puede ser conveniente que no te excedas en un tipo de cumplidos,
como por ejemplo solo hacer cumplidos sobre el aspecto físico sin valorar otras
cualidades personales. No hay mayor elogio que escuchar activamente y que se
interesen por aquello que para ti es importante.
Otros errores que podemos cometer
y que conviene tener en cuenta son los siguientes:
- Excedernos con los cumplidos de forma que no parezcan sinceros y pierdan su eficacia.
- Utilizar el elogio de forma que nos permita realzar lo buenos que somos en algo. Por ejemplo: “que bien que te guste leer, yo por ejemplo leo muchísimos libros, este mes he leído ya 5”.
- El anti-cumplido. Consiste en mezclar un cumplido con una queja, como, por ejemplo: “que bien que hayas llegado a la hora porque con lo que tardas en responder a los mensajes no sabía qué esperarme”.
5. La importancia de lo que NO
decimos.
Utilizar un lenguaje no verbal
adecuado y ajustado a la situación permitirá que le resultemos atractiva a la
persona. Algunas de las claves son:
- Mirar a los ojos.
- Evitar distractores como mirar el móvil de forma continua.
- Sonreír (cuando tenga coherencia con lo que nos cuenten).
- Asentir mientras nos hablan.
- Mantener un contacto físico tentativo, en función de la confianza con la otra persona y del feedback que nos dé. Tenemos que estar atentos a las señales que nos manda la persona, por ejemplo: si se aparta, se pone rígido o se muestra incómodo deduciremos que no le ha gustado y será importante reducir el contacto físico.
Recuerda que esto solo son unas pautas generales y que si presentas dificultades que te impiden disfrutar de tus relaciones sociales puede ser aconsejable que acudas a un profesional que te ayude a solventarlas.
Isabel Ávila Herrero - Terapeuta del CPA
Bibliografía:
Roca, E. (2014). Cómo mejorar tus habilidades sociales.
Acde.
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