Si no estás
satisfecho/a con tu figura y sueles tomar medidas
extremas y desesperadas para
conseguir el aspecto físico que deseas, tanto a corto como a medio y largo
plazo (p.ej. bajar peso para asistir a un evento puntual, conseguir y mantener
un peso o figura determinados…) esta entrada puede serte de gran utilidad. Como
veremos a continuación, una de las formas más comunes para conseguir este
objetivo son las dietas. Este
intento de conseguir la meta autoimpuesta mediante el seguimiento de una dieta
puede resultar más perjudicial que
beneficioso tanto a nivel físico, psicológico y social, dando lugar a episodios
de ingesta compulsiva, más conocidos como atracones.
¿Qué es un atracón y qué características
tiene?
<<Un
episodio de ingesta compulsiva se caracteriza por: comer en un período discreto de tiempo (p.ej. dos
horas) una cantidad de comida que es claramente
superior a la que comería una persona normal en un período similar en
circunstancias parecidas, y por tener una sensación
de pérdida de control sobre la ingesta durante el episodio>>
(Fairburn, 1998).
Fotografía por .::
Sonia · Hay un trasto en mi trasterO :::., con licencia Creative Commons.
Consecuencias del atracón
Comer
compulsivamente puede dar lugar a sentimientos
inmediatos agradables, pero por breve tiempo. También puede dar lugar a una
sensación de alivio. Pero esos
sentimientos positivos son reemplazados
rápidamente por sentimientos de
vergüenza, disgusto y culpabilidad. La depresión
suele ser una consecuencia común cuando la persona se siente incapaz de controlar su ingesta. La ansiedad también es un resultado común
ligado al miedo a ganar peso.
Cómo empieza y acaba el atracón: la dieta
y el hambre asociado a ella, un círculo vicioso
Varios factores
empujan a hacer dieta, los más importantes son el deseo de ejercer autocontrol y el exceso de preocupación por la apariencia y el peso. Muchas personas
que realizan atracones comen muy poco
fuera de esos episodios. Una de las consecuencias de esta privación de
comida es la constante sensación de
hambre. Comer demasiado poco da como resultado una presión psicológica y fisiológica hacia la ingesta, y una vez que
se inicia, puede resultar difícil detenerla. Puede empezar por diferentes
motivos, algunos de ellos son: romper alguna regla de la dieta, falta de
estructuración y ocupación del tiempo o estar sólo.
Problemas físicos, psicológicos y
sociales asociados a la dieta
Problemas
psicológicos
- Preocupación
constante por la comida y la alimentación. Pensar en comida por evitar
consumirla, aumenta la probabilidad de realizar un atracón.
- Estilo de
pensamiento <<todo o nada>>
o <<pensamiento dicotómico>>. Pensamiento de que si ya se ha
roto la regla, ya da igual, por lo que se pasa de la restricción al atracón.
- Sentimiento
de fracaso y frustración. Cuando la dieta es al mismo tiempo estricta y
extrema, los fracasos reiterados son inevitables, lo cual favorece la ingesta
compulsiva.
- Sentimiento
de vergüenza y culpabilidad. Sentimiento de vergüenza que surge por la falta de fuerza de voluntad y sentimiento de
culpabilidad por mentir y ocultar el problema.
- Oscilaciones
bruscas en el estado de ánimo.
Problemas
sociales
- Evitar
compromisos sociales relacionados con las comidas.
- Deterioro
de las relaciones familiares y de amistad.
Problemas
físicos de los atracones
- Efectos
en el estómago. La sensación de estar lleno puede llegar a ser intensa y
dolorosa. Si la persona está realmente llena puede faltarle el aire para
respirar porque la dilatación del estómago presiona hacia arriba el diafragma.
Las paredes del estómago pueden dilatarse tanto que, al hacerse más finas, se
dañan o incluso se desgarran, lo cual supone una emergencia médica grave.
- Obesidad.
Común en las personas que no realizan conductas para compensar la cantidad de
comida ingerida.
Problemas físicos
de la dieta
- Efecto
<<yoyó>>: los ciclos continuos de pérdida y recuperación de peso
pueden alterar la composición corporal y el metabolismo de tal forma que los
intentos posteriores para perder peso resultan mucho más difíciles. Además, el
peso cíclico aumenta la tasa de mortalidad por enfermedad cardiovascular.
- Problemas
hormonales y de fertilidad. Menstruación irregular o pérdida del período y
esterilidad. Son efectos reversibles.
- Trastorno
en los mecanismos fisiológicos que controlan la ingesta. La composición nutricional
de la comida tiene una importante influencia en los mecanismos que controlan el
apetito. Particularmente el conjunto de carbohidratos, grasas y proteínas son
supresores naturales de la sensación de hambre.
- Afección
al neurotransmisor serotonina, que tiene un importante papel en el control
normal de la alimentación y en la apetencia por las comidas.
¿Cómo recupero el control sobre la
conducta de comer?
A continuación
se exponen herramientas útiles para abandonar este círculo vicioso
dieta-atracón. Se trata de técnicas extraídas del programa para superar los
atracones de Fairburn (1998) y que
ha demostrado ser empíricamente eficaz para el tratamiento de este tipo de
conductas. Se trata de un programa de 6 etapas en el que se deben ir superando
los siguientes objetivos:
- Autocontrol. Anotar durante una o dos
semanas lo que comes, a qué hora, en qué lugar y en qué situación. Esto te dará
información importante para conocer la gravedad del problema y te ayudará a
cambiar las pautas de alimentación.
- Establecer un patrón de ingesta regular a
lo largo del día. Consiste en restringir tu ingesta a tres comidas
planificadas cada día, además de dos o tres tentempiés también planificados.
Habituarte a este patrón de alimentación regular irá desplazando las ingestas
compulsivas, que serán cada vez menos frecuentes. No dejes que pasen más de
tres o cuatro horas entre las comidas y los tentempiés planificados. P.ej. 8:00h
desayuno; 11:00 almuerzo; 14:30 comida; 18:30 merienda; 21:30 cena.
- Actividades alternativas incompatibles. Elabora
una lista de actividades que te resulten agradables y que hagan muy difícil
comer al tiempo que las realizas. Cuando te surja el impulso de comer entre
horas de comidas y tentempiés planificados realiza una de estas actividades
agradables. P.ej. hacer ejercicio, visitar o llamar a un amigo, darte una
ducha, tocar un instrumento, pintar.
- Educación nutricional. Pide información
y consejos acerca de la comida, la ingesta, la comida y el peso a un
profesional.
- Solución de problemas. Desarrollar
habilidades para manejar las dificultades que de otra forma podrían
desencadenar la ingesta compulsiva. Una eficiente solución de problemas
requiere seis pasos: (1) identificar el problema tan pronto como sea posible;
(2) especificar cuál es exactamente el problema; (3) considerar todas las
soluciones posibles; (4) pensar en las consecuencias de cada solución; (5)
elegir la mejor solución o combinación de soluciones; (6) ponerla en práctica.
Después revisa el proceso.
- Eliminar la dieta y las conductas de
evitación hacia la comida. Introducir en la dieta alimentos
<<prohibidos>>, comidas que se evitaban, y eliminar gradualmente cualquier otra forma
de dieta estricta. Si te cuesta, puedes elaborar una lista con las situaciones
relacionadas con la comida que temes y exponerte a ellas, ordenadas de menor a
mayor según el temor que te causan y empezando por la que menos miedo te
produce. En este caso, pide a alguien que te acompañe en el proceso.
Algunos consejos a la hora de comer
- Procura
comer siempre en un lugar adecuado. Procura comer siempre en un mismo lugar
y que se trate de un lugar adecuado –evita comer en el dormitorio o en el
cuarto de baño- y, si dispones de una única habitación, restringe tu comida a
un lugar determinado de esa habitación. Si utilizas la misma mesa para comer y
realizar otras actividades, utiliza un objeto que diferencie cuándo va a ser
usada para comer y cuando para trabajar, p.ej. un jarrón: si el jarrón está
encima de la mesa sólo se puede utilizar para trabajar, si no está el jarrón
sólo se puede usar para comer.
- Concéntrate
en la comida. Debes habituarte a saborear la comida y a darte cuenta de que
estás comiendo de manera adecuada. Esto te ayudará a asegurarte de que tus
comidas y tentempiés no se conviertan en ingestas compulsivas. Para conseguir
este objetivo: no hagas otra actividad mientras comes; y permanece sentado, moverte de un sitio
para otro puede facilitar el descontrol.
- Cuando
comas, procura tener a tu alcance sólo los alimentos que vas a consumir. Siempre
que sea posible, guarda los envases de comida y sírvete en los platos antes de
llevarlos a la mesa para evitar la tentación de comer más de lo planificado.
- Practica
algunas medidas de autocontrol: dejar los cubiertos sobre la mesa entre
bocado y bocado; hacer una serie de pausas durante tu comida; dejar algo de
comida en el plato; tirar la comida que sobre. Guardarla puede ser demasiado
tentador.
- Cuando
comas con otros, no te dejes convencer para comer más de lo que habías
planificado.
- Cuando
comas fuera de casa, reposa entre un plato y otro la cantidad que has ingerido.
Algunos consejos a la hora de comprar y
cocinar
- Limita la
disponibilidad de comida <<peligrosa>>.
- Asegúrate
de que tienes cantidades adecuadas de alimentos <<seguros>>.
- Planifica
tu compra. Evita comprar alimentos cuando sientes la necesidad de comer
compulsivamente, o procura que te acompañe a la compra un familiar o amigo.
- Limita la
cantidad de dinero disponible.
- Cuando
cocines, evita probar las comidas. Puedes comer chicle mientras cocinas,
esto hará casi imposible que vayas probando los diferentes platos
Si te resulta
muy complicado seguir estas pautas o sientes que pierdes el control sobre la
situación lo más recomendable es acudir a un profesional que pueda ayudarte a
superar este círculo vicioso.
Artículo redactado por Amanda
López Ibáñez, terapeuta del CPA.
Referencias:
-
Fairburn, C. (1998). La superación de los atracones de comida. Cómo recuperar el control.
Barcelona: Paidós.