El cuento Canción de Navidad (título original: A Christmas Carol de Charles Dickens, 1843) relata la historia de como el señor Ebenezer Scrooge, un hombre avaro y tacaño, decide cambiar su forma de vida a la víspera de Navidad cuando se le presentan 3 fantasmas que le hacen ver hechos importantes del pasado, presente y futuro. Este relato resalta la importancia de estar junto a los seres queridos y como ésto hace que seamos más felices durante el período navideño, pero ¿en qué medida estas fiestas pueden condicionar nuestro estado de ánimo?, ¿es necesario sentirse feliz y alegre en estas fechas o es solo un deber que nos exige la tradición? Y, entonces, las personas que no pueden estar con sus seres queridos ¿son infelices?, ¿existe una presión por parte de nuestra cultura de ser mejores en Navidad?... Estas son algunas de las cuestiones que queremos plantearnos en el siguiente escrito.
Según el III Informe Internacional del Grupo AXA sobre jubilación el 20% de la población activa española manifiesta un sentimiento de soledad en estas fechas siendo, este porcentaje mayor en las personas jubiladas. Seguramente esta emoción viene acusada por el sentimiento de pérdida de los seres queridos, por lo que parte de la población relaciona estas fechas con el recuerdo de personas que han sido importantes en su vida pero que, en el momento actual, no pueden estar con ellas.
Por otra parte, los medios de comunicación nos bombardean estos días con mensajes de unión y felicidad que pueden estar influyendo en nuestras creencias sobre los festejos así como la clara intención de promover el consumo a costa de regalos, comidas, cenas, etc.
Revisando la literatura encontramos diferentes estudios relacionados con el bienestar y las fiestas navideñas: Por un lado, Kasser y Sheldon (2002) estudian los tipos de experiencia y actividades asociadas al bienestar en estas fechas, parece que existe una mayor satisfacción cuando predominaban los ritos navideños y la unión con la familia mientras que el alto consumismo y la marcada idea de recibir regalos se relacionaba con una menor satisfacción.
Estos datos parecen contrastar con el trabajo de Páez y colaboradores (2011), donde se pretende estudiar el bienestar subjetivo antes y después de Navidad y Año Nuevo, los resultados concluyen que, al igual que en el estudio de Kasser y Sheldon, las personas que participan más en los ritos navideños con su familia expresaban una mayor satisfacción con la vida, bienestar social percibido y la baja soledad percibida. En los casos donde se experimentó conflicto aumentó el afecto negativo y el clima familiar negativo, debilitando los demás aspectos positivos.
Parece que el hecho de vivir estas fiestas cerca de nuestros seres queridos puede influir en nuestra satisfacción con las mismas, así como la participación activa en los festejos. Por otra parte, una conducta consumista, problemas interpersonales y la sensación de soledad pueden fomentar un sentimiento negativo como es la tristeza. En cierto modo, los medios de comunicación fomentan varias de estas características, como son el consumismo, la unión y la sensación de soledad que puede ser causada por la presión social de estar con nuestros allegados en momentos en los que no es posible.
Tampoco hay que olvidar que cada persona parte con una experiencia y unas ideas personales que podrán influir en su manera de experimentar estos días. Por lo que no es el hecho de que las navidades causen alegría o tristeza (como muchas personas expresan sentir) sino que será la actitud que nosotros mostremos en estas fechas las que condicionen nuestro estado de ánimo.
Artículo de Elena Barrio (Terapeuta del CPA)
Referencias:
Kasser T. y Sheldon K. M. (2002). What Makes for a Merry Christmas? Journal of Happines Studies, Volume 3, Issue 4, pp. 313-329.Páez, D., Bilbao, M. A., Bobowik, Ma., Campos, M., Basabe, N. (2011) Merry Christmas and Happy New Year! The impact of Christmas rituals on subjective well-being and family's emotional climate. Revista de Psicología Social, Volume 26, Number 3, October 2011 , pp. 373-386(14).
Excelente reflexión!
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