En ocasiones llegan personas a consulta que, tras una ruptura de pareja, desean no perder por completo la relación con su expareja, aspirando a tener con ella una relación de amistad. Los motivos de esta demanda son diversos, desde la simple apetencia a la existencia de contextos en común como, por ejemplo, pertenecer al mismo grupos de amistades, tener hijos/as, etc. En cualquier caso, el objetivo de esta publicación es conocer cuándo resulta más o menos favorable tener una relación de amistad con una expareja y, en caso de que resulte favorable, cómo conseguirlo.
Antes de
diferenciar cuándo es mejor tomar un camino u otro, es importante clarificar que,
durante esta entrada, se va a hablar de “relación de amistad futura” en lugar
de “relación de amistad en el presente”. El motivo de ello es tener en cuenta
el periodo de habituación que ha de darse cuando se acuerda que haya una
reestructuración de la relación. El periodo de habituación es el tiempo que ambas
personas necesitan para que, de manera paulatina, se disminuya la frecuencia, intensidad
o duración de las anteriores conductas en pareja, dando pie a la construcción
de la nueva relación. Como ya se ha mencionado, esto es algo que se realiza de
manera progresiva, por lo que, al principio, se requiere que haya un periodo
de privación o reducción en gran medida de los estímulos relacionados con la
expareja (la cantidad de tiempo físico compartido con la otra persona, la
cantidad de información recibida sobre la vida de la otra persona, etc.). De
esta forma, poco a poco, se irá ampliando la exposición a dichos estímulos.
Así, no solo se irá reduciendo el impacto emocional que nos pudieran ocasionar,
sino que, además, se minimizan los conflictos que podrían darse al establecer
la nueva relación de manera abrupta. En definitiva, el periodo de habituación
es fundamental para considerar la reestructuración de la relación.
Ahora bien, ¿cuándo es mejor no construir una relación de amistad futura con mi expareja?
- Cuando quieres mantener el contacto con la intención de volver a retomar la relación de pareja. En este caso, será mejor reconocerlo y mantener el contacto cero.
- Cuando sientes resentimiento y no has perdonado a la otra persona. En este caso, será mejor que primero identifiques lo que sientes y te des permiso a experimentar dichas emociones para después, si así consideras oportuno, trabajar en el perdón.
- Cuando, ante tu propuesta de mantener una relación de amistad, la otra persona ha dejado claro que no quiere tener ningún tipo de vínculo. En este caso, será mejor aceptar el rechazo, respetando la decisión de la otra persona de no tener contacto.
Después de
esto, si no cumples los criterios anteriores, es posible que te preguntes cómo
puedes construir una relación de amistad futura con tu expareja. Está claro
que, para que esto pueda suceder, la relación que tenías hasta el momento con la
otra persona ha de cambiar. Para facilitar tal cambio, te presentamos a
continuación unas pautas a tener en cuenta.
Pautas para construir una relación de
amistad futura con mi expareja:
- En primer lugar, comunica tu deseo de establecer una relación de amistad futura con la otra persona. Después, pregúntale si estaría o no dispuesta a construir esta nueva relación. Si la otra parte está de acuerdo, podréis negociar los límites que consideréis relevantes para que la relación de amistad futura sea posible. En el caso contrario, acepta y respeta su decisión.
- En segundo lugar, estableced conjuntamente los límites que darán forma a vuestra nueva relación. El objetivo de los límites es facilitar la comunicación entre ambos y ayudar a saber el lugar que cada persona ocupa en la vida del otro/a. Algunos límites que podéis tener en cuenta son: contacto físico permitido y no permitido, tipo de información que se puede compartir y no compartir, manejo de las redes sociales, contextos comunes, planificar cómo y cuándo serán los encuentros (si os podéis ver estando solos o estando con amistades), etc.
- Es importante que al establecer los límites tengamos en cuenta que éstos no son estáticos, sino que pueden ir cambiando conforme las partes lo consideren. Para ello, es imprescindible tener en cuenta el periodo de habituación del que ya hablamos con anterioridad. Así, al principio será conveniente que haya un mayor acotamiento del contacto y que, progresivamente, se pueda ir ampliando, siempre teniendo en cuenta cuál es nuestro objetivo.
Como puedes
observar, es posible tener una relación de amistad con una expareja. No obstante,
para lograrlo, es necesario tener en cuenta el proceso de habituación,
exponiéndonos poco a poco a todo aquello que tiene relación con la expareja y,
además, establecer unos límites consensuados que faciliten el mantenimiento de
la nueva relación.
Por último, si recientemente has vivido una ruptura de pareja y consideras que necesitas ayuda, en el CPA estaremos encantados/as de ayudarte.
Desiree Corral Serano – Terapeuta del
CPA
Bibliografía
recomendada:
Serrat-Valera,
C., y Larrazábal, M. (2008). ¡Adiós, corazón!
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