Fuente: stevekrh19 |
Aunque el ser humano es consciente de que su personalidad y sus
creencias han cambiado significativamente respecto al pasado, cree que
en el futuro su forma de ser se mantendrá tal y como es en el presente.
La revista Science publica esta semana un estudio que describe
la conocida como ‘ilusión del final de la historia’, por la que las
personas tratan el momento actual como si fuera una línea divisoria de
su vida.
En cada una de las etapas de la vida, las personas toman decisiones
que influyen profundamente en cómo serán en el futuro: pagan para
quitarse los tatuajes que se hicieron de adolescentes, se divorcian de
quienes se enamoraron y acuden a centros de belleza para perder los
kilos que han engordado con el paso de los años.
Un equipo
internacional de investigadores ha realizado un estudio donde se
demuestra que aunque el ser humano es consciente de cómo sus
personalidades y valores cambian con el paso del tiempo, tiende a creer
que no se modificarán mucho más en el futuro. El trabajo se publicó en la revista Science.
La dificultad de predecir cómo será algo en el futuro lleva a asumir que no se producirán demasiados cambios.
“Existe una tendencia a tratar el presente como una línea divisoria,
en la que uno se convierte en la persona que será por el resto de su
vida”, recoge el estudio. Los autores se refieren a ella como ‘la
ilusión del final de la historia’ y explican que esta actitud puede
llevar a no tener en cuenta los futuros comportamientos y preferencias.
Los científicos han utilizado una muestra de 7.519 adultos de entre
18 y 68 años –el 80% de ellos eran mujeres– obtenida de la página web de
un programa de televisión.
Los participantes tuvieron que
contestar a preguntas como cuál es su estilo musical favorito, el nombre
de su comida predilecta, su hobby por excelencia y el nombre de su
mejor amigo.
A continuación, estas personas fueron incluidas, al
azar, en una de estas dos opciones: ser ‘reportero’ –debían contestar si
sus preferencias actuales eran iguales o diferentes de las que tenían
hace 10 años– o ser ‘predictor’ –vaticinar si esas predilecciones
actuales serían las mismas o cambiarían dentro de una década–.
Los
investigadores contabilizaron el número de ítems en los que los
participantes manifestaron que sus respuestas serían diferentes, tanto
en el pasado como en el futuro, y lo utilizaron para medir los cambios
de preferencias.
Creen conocerse a sí mismos
Según
los autores, el trabajo deja claro que las personas “tienden a
subestimar cuánto cambiarán a medida que cumplan años” y lo explican de
dos modos: “En primer lugar, es posible que la mayoría de la gente opine
que sus personalidades presentes son atractivas y sus preferencias son
sabias, lo que les impide pensar en la posibilidad de cambiar. Puede que
crean conocerse muy bien a sí mismas, y que un cambio en el futuro
amenace esa creencia”.
En segundo lugar, los científicos señalan
que hay que diferenciar entre los procesos cognitivos para recordar el
pasado y aquellos con los que se infiere el futuro.“La prospección es un
proceso constructivo, mientras la retrospección es reconstructiva”,
explican los científicos.
Añaden además que generalmente,
construir cosas nuevas es más difícil que reconstruir las ya pasadas.
Por eso, es probable que la dificultad de predecir cómo será algo en el
futuro lleve a muchas personas a asumir que no se producirán demasiados
cambios.
“Esa actitud consiste en confundir la dificultad de
imaginar el cambio personal futuro con la poca probabilidad de cambiar
personalmente”, concluyen los expertos.
Referencia bibliográfica:
Jordi Quoidbach, Daniel T. Gilbert, Timothy D. Wilson. “End of history illusion”. Science. 3 de enero de 2013.
Tatiana Fernández Marcos (Terapeuta del CPA)
Fuente: SINC
Para leer el artículo original pincha aquí
Jordi Quoidbach, Daniel T. Gilbert, Timothy D. Wilson. “End of history illusion”. Science. 3 de enero de 2013.
Tatiana Fernández Marcos (Terapeuta del CPA)
Fuente: SINC
Para leer el artículo original pincha aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario