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lunes, 18 de mayo de 2020

Todo lo que necesitas saber sobre la "operación bikini"


Es oficial, se acerca el verano y, con él, el calor, los pantalones cortos, los días de playa y la probabilidad, casi segura, de tener que enseñar nuestro cuerpo (¡oh no!). Esto puede ser una fuente de estrés importante, especialmente para aquellas personas que están insatisfechas con su imagen corporal.  Es en este momento en el que la “operación bikini” se presenta como la solución a todos nuestros “problemas”. Pero ¿nos hemos parado a pensar todo lo que hay detrás de esta operación (in)falible? ¡Te lo contamos aquí!

         Fotografía de Pexels con licencia Creative Commons

1) Se presenta como una solución, pero realmente forma parte del problema. La importancia que le da nuestro contexto social a la imagen corporal es, junto con nuestra propia experiencia, uno de los principales factores que determinan la valoración que hacemos de nuestro cuerpo. Nadie nace con complejos, los vamos aprendiendo a través de lo que vivimos y de los mensajes que nos manda la sociedad. ¿Y qué aprendemos de la “operación bikini”?  Pues que nuestra silueta es muy importante (especialmente en verano, que todos la ven), que necesitas tener “el cuerpo 10” para poder ponerte bikini y que, si no es tu caso, mejor ponte bañador. Y remarco “el”, en singular, porque a pesar de existir tantos cuerpos como personas, parece ser que sólo hay uno digno de ser exhibido, concretamente uno bastante inalcanzable: el de la modelo que nos vende el bikini (modelo que, muchas veces, ha sido retocada con un fantástico programa de edición, ¡ni si quiera ella tiene “el cuerpo 10”!). No parece muy justo, ¿no? Precisamente es así como se fabrican complejos, a través de mensajes que nos llevan a pensar que solo hay una forma de ser bellos y que hacen que valoremos nuestro propio cuerpo de manera negativa y poco realista. Y es aquí donde la operación bikini se nos presenta como la solución a un “problema” que ella misma ha contribuido a crear (¡es un negocio redondo!).

2) Nos puede afectar a todos, pero se dirige especialmente a las mujeres. Aunque es cierto que la presión por lucir un cuerpo “perfecto” la vivimos de alguna manera tanto mujeres como hombres, la realidad es que esta operación parece estar dirigida especialmente a aquellas personas que quieran lucir bikini. Podrían haberla llamado “operación bañador” o, incluso y más general, “operación playa”, pero probablemente habría sido menos eficaz a la hora de cumplir su objetivo: conseguir que las mujeres invirtamos durante todo el año cantidades ingentes de tiempo, esfuerzo y dinero en conseguir “el cuerpo 10”. De hecho, si te paras a pensar, verás que hay mucha gente interesada en continuar fabricando complejos. ¿Cuántas industrias dejarían de existir si a las mujeres nos importase un pimiento nuestra imagen? Pues eso.

3) Es un timo, basado en el principio de aprendizaje por asociación.  Se trata de una operación que, más que un cuerpo, nos vende todo el éxito y la felicidad que se asocia a él. ¿Cómo? Pues a través de anuncios, películas y series de televisión que nos muestran gente exitosa que, casualmente, tiene “el cuerpo 10”. De esta manera, nos hacen creer que si consiguiésemos acercarnos a ese ideal, seríamos automáticamente felices. Sin embargo, la realidad a la que nos enfrentamos es muy diferente, aunque buscar “el cuerpo 10” puede ir acompañado de emociones muy positivas, el camino para conseguirlo suele estar lleno de sufrimiento y frustración; vamos, ¡justo lo contrario a lo que nos habían prometido! Además, a todo esto, hay que añadirle el hecho de que, muchas veces, las dietas que se hacen como parte de la operación bikini no solo no funcionan, sino que pueden llevarnos a ganar más peso del que teníamos al comenzar (por si no estabas lo suficientemente frustrado/a). Si quieres saber por qué pasa esto te lo explicamos en esta entrada de blog: https://psicologia-cpa.blogspot.com/2020/05/que-piensas-si-te-digo-que-sigo-una.html

4) ¡HAY ALTERNATIVA! Sí, has oído bien, es posible sentirnos bien sin necesidad de pasar por todo esto. Eso sí, requiere de trabajo, tiempo, y, muchas veces, de la ayuda de un profesional. No obstante, desde aquí queremos trasmitirte que los complejos, igual que se aprenden, se pueden desaprender, y que ser críticos con los mensajes que los sustentan es el primer paso para conseguirlo. Además, las relaciones entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, son bidireccionales. ¿Qué quiere decir esto? Que al igual que podemos esperar a “vernos bien” para ponernos un bikini, también podemos empezar a ponérnoslo sin sentirnos del todo a gusto para, posteriormente, con trabajo y tiempo, comenzar a estarlo. No obstante, somos conscientes de que se trata de un camino complejo, así que te dejamos una breve guía que te podría interesar https://psicologia-cpa.blogspot.com/2015/04/titulo-atrapado-en-tu-propio-cuerpo.html

Como siempre, esperamos que este post te haya gustado y haya sido de utilidad.

Jone Martínez Bacaicoa – Terapeuta del CPA.

Bibliografía


Pérez Álvarez, M. (2004). Las emociones desde el punto de vista conductista. En M. Pérez Álvarez, Contingencia y drama: La psicología según el conductismo (pp. 125-156). Madrid: Minerva




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