¿Sabes
decir no? ¿Sabes defender tus derechos respetando los derechos de los demás? En
este post te contaremos como rechazar peticiones de manera asertiva y trataremos
de convencerte de que no tienes por qué sentirte mal por decir “no”.
Fotografía: Drew Hays, con licencia Creative Commons
¿Cómo decir no? (Caballo, 2000: Roca, 2005)
- Ten en cuenta lo que quieres: Antes de nada, es importante que tengamos siempre en cuenta qué es lo que realmente queremos, pues en base a ello estableceremos nuestros objetivos y metas. No debemos dejarnos llevar por pautas externas.
- Recuerda tus derechos: Tenemos que tener presentes cuáles son nuestros derechos asertivos. No debemos olvidar que tenemos derecho a pedir lo que queremos. También tenemos derecho a ser escuchados y tomados en serio. Pero, al igual que otros tienen derecho a decidir si acceden o no a hacer lo que les pedimos, nosotros tenemos derecho a rechazar peticiones de otros sin sentirnos culpables o egoístas.
- Pide aclaraciones si es necesario: Para rechazar peticiones de forma adecuada antes hemos de estar seguros de que entendemos lo que nos piden. Si no es así, se ha de pedir aclaración. Por ejemplo: “No sé si te he entendido ¿me estás pidiendo que te preste mi ordenador solo esta tarde o todo el fin de semana?”
- Pide un tiempo para pensarlo, si lo ves necesario: Si no sabes todavía qué responder, puedes pedirle a tu interlocutor un tiempo para pensar en la respuesta. Por ejemplo: “Pues no sé qué decirte. Déjame que me lo piense y mañana te doy una respuesta”
- Di “No” con firmeza, pero también con amabilidad. Si no queremos acceder a su petición, basta con decir no de manera clara, directa y amable. Podemos dar explicaciones, pero no son necesarias.
-
“No, gracias.”
-
“Te lo agradezco, pero no”
-
“Me sentiría mal si hiciera lo que me pides”
-
“Me gustaría decirte que sí, pero me viene muy mal”
- Si te presionan, insiste. Si tu interlocutor sigue
insistiendo, vuelve a afirmarte en tu decisión. Recuerda además que no es
necesario poner excusas.
-
“No, gracias. No quiero hacerlo”
-
“Entiendo que te gustaría mucho que te prestara el ordenador, pero no me
viene bien dejártelo este fin de semana”
Si sigue insistiendo, mantente firme y vuelve a repetir
la frase que le dijiste tantas veces como sea necesario:
-
“No quiero hacerlo, así que te
agradecería que no me lo volvieses a pedir. Mi respuesta seguirá siendo la
misma”
Y si aún así la persona sigue insistiendo, quizá lo mejor
que puedes hacer es ignorarle o irte del lugar.
- Reacciona ante la aceptación del otro: En cambio, si la otra persona al final acepta tu “No”, será adecuado que le refuerces por ello. Por ejemplo: “Gracias por entenderme”, “Me alegro de que hayas aceptado mi decisión”
- Practica: La mejor manera de aprender algo es ponerlo en práctica en distintas situaciones. También puede ser de utilidad detectar las situaciones en las que crees que te resultará difícil decir “no” y prepararlas para que, una vez tengas que enfrentarte a ellas, tengas claro qué decir.
Decir “no” tiene muchas ventajas, pues nos ayuda a no implicarnos en
situaciones en las que más adelante nos arrepentiríamos de haberlo hecho, nos ayuda a evitar circunstancias en las
que se aprovechan de nosotros o nos manipulan, y nos permite tomar nuestras
propias decisiones.
Recuerda, lo mejor es que actúes según tu
criterio, con independencia de lo que otros quieran. Tienes derecho a rechazar
peticiones sin sentirte culpable. Tienes derecho a pensar y a decidir en base a
lo que quieres.
Referencias:
Caballo,
V (2000)
Manual de evaluación y entrenamiento de
las habilidades sociales. Madrid, Siglo XXI Editores S.A.
Roca, E (2005).
Cómo mejorar tus habilidades sociales: programa de asertividad, autoestima e
inteligencia emocional. ACDE Ediciones.
Artículo redactado por Miriam Romero, terapeuta del CPA
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